Viernes 13 de nov. de 1998

 








 

 


PARA POSIBLES GUERRAS FUTURAS
Arsenal de EE.UU se mantiene intacto

El lazo entre la supercomputación y las armas nucleares es uno que viene de hace mucho.

Byron Spice
Pittsburgh Post

Desde el desmembramiento de la Unión Soviética, los miedos de una confrontación nuclear entre las superpotencias han disminuido.

Pero la Guerra Fría no se ha terminado para Vic Reis. Como el subsecretario de Programas de Defensa del Departamento de Energía (DOE, en inglés), él tiene la tarea de asegurarse de que las ovijas nucleares estadounidense funcionen y continúen funcionando bien hasta bien entrado el siglo XXI.

Así que cuando Reis vino a Oakland recientemente para marcar el comienzo de una nueva sociedad entre el DOE y el centro de Supercomputación de Pittsburgh, él habló de la Guerra Fría en tiempo presente y se refirió al Tratado Global de Prohibición de Pruebas como un paso hacia su fin.

Mantener el arsenal nuclear armado y peligroso sin la capacidad de realizar pruebas subterráneas estirará al máximo las capacidades científicas y tecnológicas del DOE, dijo él.

Es por eso que hace dos años el DOE hace dos años lanzó un programa de 10 a años y 250 millones de dólares para mejorar su capacidad de utilizar computadoras para simular explosiones nucleares.

Algunos científicos tienen duda de que la meta de usar simulaciones por computadoras para supervisar el arsenal nuclear es lograble, aún con una nueva generación de supercomputadoras siendo ensambladas en los laboratorios de armas nucleares de EEUU.

Una computadora en los Laboratorios Nacionales Sandia en Alburquerque, estado de Nuevo México, es ahora la más rápida del mundo, capaz de realizar hasta 1 millón y medio de operaciones por segundo utilizando pastillas de computadoras Pro Pentium que no se venden al público.

La meta del DOE es la de construir una máquina capaz de realizar 100 billones de operaciones por segundo para el 2,004.

El centro de Pittsburgh no realizará simulaciones nucleares, o ninguna clase de investigación clasificada. Pero es parte de los esfuerzos del DOE acrecentar la investigación académica en el campo de la tecnología de simulación.

Para el DOE, el programa mejorará su confianza de que, si el presidente alguna vez necesita apretar el botón nuclear, algo va a pasar.

Para la Universidad Carnegie Mellon y la Universidad de Pittsburgh, las cuales operan conjuntamente el centro de computación con la Westinghouse Electric Co., el programa aumenta su confianza de que el centro sobrevivirá.

La pasada primavera, La Fundación Nacional de Ciencias, la cual abrió cinco centros de computación en 1986, parar de financiar sus centros en Pittsburgh e Ithaca , estado de Nueva York. Desde ese entonces, los funcionarios de Pittsburgh se han apurado para reemplazar los 15 millones que había estado recibiendo anualmente de la Fundación Nacional de Ciencias.

El contrato de un año y 4,5 millones de dólares del DOE con el centro es un paso hacia la consolidación de un financiamiento a largo plazo, dijo Jared Cohon, el presidente de Carnegie Mellon.

Acuerdos adicionales con el DOE, el Instituto Nacional de la Salud y el Departamento de Comercio están siendo negociados.

A pesar de que el centro de Pittsburgh está solamente familiarizándose con los programas de defensa del DOE, el lazo entre la computación y las armas nucleares es uno que viene desde hace mucho.

El Presidente Clinton firmó el tratado de prohibición de pruebas en 1996, pero el Senado todavía tiene que ratificarlo.

No se están diseñando nuevas armas nucleares, observó Gil Weigand, el subsecretario segundo de computación estratégica, y las armas existentes están volviéndose anticuadas.

Más que simples pedazos de materiales radioactivos, las ojivas son artefactos complejos que incluyen sistemas eléctricos, mecánicos y químicos. Las partes necesitan ser reemplazadas o rediseñadas periódicamente.

Al ser mantenidas estas armas allá de su vida proyectada, serán necesarias simulaciones por computadora para asegurarse de que permanezcan operables, dijo Weigand.

El DOE espera que la computación ayude a computar el conocimiento de la generación actual de diseñadores de armas.

Esas personas siguen estando en sus lugares ahora, pero para el 2,010 se habrán jubilado o pasado a otras cosas. Meter a estas personas ahora en las simulaciones por computadora mejoradas es una manera de preservar ese conocimiento y de crear una nueva ciencia de la simulación que atraerá a nuevos científicos, dijo Weigand.

Pero Naomi Oreskes, una historiadora de ciencias de la Universidad de Nueva York, que se especializa en la confiabilidad del conocimiento científico, advierte que existen límites a los que una computadora puede hacer.

Sin la capacidad de realizar pruebas, los investigadores no pueden saber con seguridad si las simulaciones reflejan al mundo real o son simplemente, malas suposiciones hechas por los creadores de modelos.

 

 

 

 





 

Al ser mantenidas estas armas más allá de su vida proyectada, serán necesarias simulaciones por computadora para asegurarse de que permanezcan operables, dijo Weigand. El DOE espera que la computación también ayude a capturar el conocimiento de la generación actual de diseñadores de armas.

 

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