EDITORIAL
Vicisitudes del Hospital de San Miguelito
El Hospital San Miguel Arcángel,
construido en la populosa repartición distrital de San Miguelito
después de superar dificultades crecientes donde se llegó
a colocar nueve veces la piedra inicial de la obra, y en una de ellas, los
dineros obtenidos en Francia desviados a propósitos burocráticos
diferentes, generando suspicacias y recelos en la colectividad, recibió
ayer oficial apertura.
El acto inaugural que debió desarrollarse en armonía, con
plenitud de orgullo para todos los asistentes, resultó ofendido con
protestas, voces y pancartas en las cuales los protestarios, vecinos de
la localidad, agremiados en Modesan, organismo de los desempleados de San
Miguelito, reclamaron el incumplimiento de promesas y acuerdos alcanzados
con las autoridades de Salud, señalando en concreto a la ciudadana
ministra, Dra. Aida de Rivera, a quien acusan ácidamente de engaños
y olvidos.
El Hospital de San Miguelito sufrió la muerte criminal de su inicial
constructor, un canadiense de apellido Barton, a quien pandilleros locales
dedicados al robo de relojes finos, mataron en lujoso barrio capitalino;
delito que todavía no se castiga, en torno al cual surgen interrogantes
graves y suspicacias profundas que llevaron a la empresa aseguradora del
contrato a concluir la obra.
En reiteradas ocasiones, los pobladores del distrito de San Miguelito
reclamaron la asignación de un número plural de posiciones
administrativas y burocráticas, y realizaron gestiones y jornadas
callejeras, donde -afirman- recibieron esperanzas ciertas de acceder a tales
peticiones, que ahora resultan desconocidas e irritan a los manifestantes
quienes sufren frustración y engaños.
Por otra parte, las autoridades públicas del Ministerio de Salud
diseñaron un mecanismo administrativo y laboral, ahora en fase experimental,
que concita participaciones privadas, al licitar la prestación de
los servicios en entidades particulares que deberán darle cumplimiento
a las delicadas tareas sanitarias, cuyos resultados son esperados con interés
por los sectores preocupados de la modernización de las labores de
salud en Panamá; experimento que de resultar de éxito será
mostrado como modelo futurista de la gestión pública.
Las labores de atención sanitarias y salutífera del Hospital
San Miguelito son elemento sensitivo y de fortaleza para reclamar serenidad
y sosiego, de manera que el desenvolvimiento de ellas sirva de referencias
y de comprobación del acierto o descalabro de la fórmula en
prueba.
Radicalizar enfrentamientos, incentivar cierres callejeros; mantener
en inquietud e intranquilidad el Hospital San Migueito es un equívoco
que poco abonaría a favor de sus ejecutores: lo importante y de trascendencia
para el país es coadyuvar para que la obra alcance los logros y beneficios
que previeron sus mentores.
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AYER GRAFICO |
Los Seis del Veinte participan en el programa "Esa cabellera blanca". |
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