Mariano Rivera debe su triunfo a
Dios
Yodalis Bethancourt
Panamá Oeste - EPASA
En medio de una entrevista
que buscaba conocer otros aspectos del Grandes Ligas chorrerano Mariano
Rivera, en la que nos comenta que la fortuna que tanto se comenta no existe,
simplemente se trata del esfuerzo de su trabajo que le permite vivir con
cierta comodidad; surge el tema espiritual. Es así como Mariano nos
comenta que como muestra de su agradecimiento hacia Dios, contribuye con
el diezmo que es lo primero que hace tan pronto llega a Panamá, pues
"si Dios le ha dado todos los beneficios que él tiene por qué
no devolverle su diez por ciento para que los pastores continúen
llevando la palabra a más gentes".
Sobre los motivos que lo impulsaron a ingresar a la iglesia de Dios de
La Profecía, explicó que desde que andaba por el mundo "haciendo
cualquiera cosa, Dios lo guardaba y sólo ahora entiende que esas
cosas pasaban". "Lo que me hizo buscar a Dios es el haberme dado
cuenta que en la vida no tenía nada, porque el mundo no me ofrecía
nada, llegaba me embriaga, se me iba el dinero y al día siguiente
no tenía nada, incluso hacía unas tres cosas que no debía
hacer", sostiene Mariano.
Agrega que hoy se siente realizado y le da gracias a Dios por las cosas
buenas y malas que han pasado por su vida, además de estar contento
porque tiene una bella familia, un hogar y primeramente a él dentro
del corazón. Respira profundamente y con un total convencimiento
expresa: "Tú sabes, si Él está contigo no tienes
por qué preocuparte".
Para Mariano Rivera por el momento no piensa en más nada que en
jugar el béisbol que es lo que siempre ha hecho, aunque confiesa
que más adelante podría dedicarse al negocio, menos a la política,
porque ella no encaja con su personalidad, pues es una persona que no le
gusta hablar mucho y además "no está en eso".
Mariano, quien en la actualidad tiene dos hijos: Mariano y Jafeth, desea
tener dos hijos más, aunque está loco por tener una niña
y confía en que Dios algún día se la dará.
Sobre su atracción hacia las mujeres, dijo que eso era antes cuando
estaba en el mundo porque él le daba cabida a eso, pero ahora que
ha visto la realidad y el propósito de Dios, eso no está en
él, porque siempre su trato es a nivel profesional.
Su música preferida es la cristiana que es la que escucha y con
la que se goza.
En sus ratos libres, lejos de lo que muchos se imaginan podría
hacer un hombre de la prominencia de Mariano Rivera, nos confiesa que no
para, pues está muy comprometido a ayudar a la iglesia para conseguir
regalos para el día de las madres que están organizando y
también a estar con su familia.
Considera que su querido pueblo natal, Puerto Caimito, que ahora es conocido
a nivel internacional, no ha recibido la atención que se merece por
parte del gobierno, pues en la actualidad es uno de los corregimientos más
productivos en la actividad pesquera, pero no se ven los beneficios.
"No vemos la ayuda de ninguna parte, los fuertes aguajes se están
llevando el pueblo y no se ve ningún movimiento que quiera evitar
que esto continúe", apuntó Mariano.
Sin embargo, manifestó que también es importante la actitud
que asuma la gente de Puerto Caimito, con respecto a sus propias necesidades,
pues no pueden esperar que las cosas les caigan del cielo.
Sus metas por el momento han sido logradas, pero ahora su gran deseo,
es, si Dios así se lo permite, construir una escuela para Puerto
Caimito.
"Yo quisiera darle a Puerto Caimito lo que no se le ha dado, porque
yo crecí aquí y deseo ayudar en lo que pueda", indicó
el pelotero panameño.
Aunque no puede asegurar qué podría pasar en el futuro,
por el momento quiere mantener su residencia en Puerto Caimito, aunque según
dijo ello le quita un poco la privacidad que quisiera tener con su familia.
Dijo que aunque no le molesta nada de la fama que tiene hoy día,
es importante respetar la privacidad a que todo ser humano tiene derecho
que a veces siente haber perdido, bajo la excusa de que "ese es el
precio de la fama".
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