Hay gemidos producidos por el placer, pero cuando la causa es el dolor cualquiera prefiere perecer.
Este fue el caso de Jaime Saúl Barriam, de 21 años, quien sintió el frío de la muerte y el dolor insoportable de las balas que le metieron en el abdomen y tobillo.
La sangre de Jaime corrió a las 2:50 de la madrugada de ayer, sábado, cuando se topó con enemigos frente a un minisúper, ubicado en el Sector No. 2 del Valle de San Isidro, distrito de San Miguelito.
En medio de la escena sangrienta, el hombre fue socorrido por los policías que lo trasladaron -en un patrulla- al Hospital San Miguel Arcángel. Está fuera de peligro.