Roma acogió una multitudinaria manifestación contra el gobierno conservador de Silvio Berlusconi, en vísperas de las votaciones decisivas que tendrá que afrontar el 14 de diciembre en el Parlamento y de las que depende la continuidad del Ejecutivo italiano.
Convocados por la principal formación en la oposición, el Partido Demócrata (PD), miles de manifestantes acudieron a Roma desde toda Italia para mostrar su oposición a la actuación gubernamental y exigir un giro político en el país.
El secretario general del PD subrayó que la crisis política del centro-derecha "existe" y no se resuelve "con la compra de dos o tres votos".