Limpiar el coche regularmente forma parte de los cuidados básicos para mantenerlo en óptimas condiciones. Se trata de un trabajo que debemos tomarnos regularmente, y no sólo por motivos de estética. El estado de la pintura del coche es su tarjeta de presentación, indica cómo se cuida por fuera y, en caso de querer venderlo, puede influir en el precio. Algunas costumbres muy extendidas para limpiar el coche, como la de elegir días con un sol radiante para hacerlo o utilizar estaciones de lavado a base de rodillos de cerdas, no resulta aconsejable.
DONDE LAVAR EL CARRO
Lavar el coche regularmente no sólo mejora el aspecto de un coche, también aumenta su potencial precio de reventa.
Conviene lavar el coche cuando se termina de usar, cuando el barro y los restos de insectos y demás partículas aún están blandas, pues así se desprenderán con más facilidad. Si deja secar la suciedad, se expone a que se raye la pintura o queden manchas en ella.
No lave el coche bajo el sol, y no por el calor, sino porque el lavado dejará huellas en la carrocería cuando se seque.
Procure evitar las estaciones de lavado a base de rodillos de cerdas. Son muy prácticas, pero la mayoría de las veces las cerdas de plástico acaban rayando la carrocería. Es preferible elegir estaciones de lavado dotadas de chorro de agua a presión.