A pesar del descenso en los precios del barril del crudo, no sucede igual que la canasta básica familiar, sino que por el contrario sigue aumentando.
Cuando el galón de gasolina costaba casi cuatro dólares, el argumento para incrementar los precios de los productos era la tendencia alcista del mercado petrolero. Ahora, las reglas económicas no surten el efecto inverso.
El último informe oficial destaca que el costo de la canasta básica de alimentos alcanzó en noviembre la cifra de 272.05 dólares, con un incremento del 1.94 por ciento respecto al mes anterior.
Cuando el barril de petróleo rondaba los 50 dólares igual que ahora, el precio de la canasta costaba cerca de 100 dólares menos. Mientras el mundo está inmerso en una crisis y muchos productos bajan debido al descenso de la demanda, en Panamá pareciera que viviéramos en una isla y la tendencia alcista persiste.
Igual sucede con la harina, los precios del trigo hoy han bajado notablemente, pero se mantienen los incrementos que se dieron en meses pasados respecto al pan.
Esas son las distorsiones del mercado que el común de los panameños no entiende o más bien con esa sabidurí�a popular sospecha que alguien se está llenando exageradamente los bolsillos y no hay nadie que haga nada.
Las opciones de los productos "Compita"� son una curita ante el problema, porque la mayor parte de la población compra en supermercados o en la tienda de su barrio. El gobierno debe entrar a analizar esa situación y si es necesario debe implementar un control de precios.
Ya hay demasiada evidencia que en muchos sectores de la economí�a panameña no está funcionando eso del libre mercado, porque muchas veces los comerciantes establecen acuerdos para aplicar precios casi similares y los beneficios para los consumidores son nulos.