El gobernador de Río de Janeiro, Sergio Cabral, declaró ayer el estado de calamidad pública en los siete municipios más afectados por las lluvias de esta semana que han dejado al menos 611 muertos en la región serrana de este estado del sureste brasileño.
La medida busca facilitar los trabajos de reconstrucción de la infraestructura y de las viviendas destruidas por las lluvias y, principalmente, por los deslizamientos de tierras que sepultaron cientos de residencias construidas en las faldas de las montañas.
Según el último boletín de la Defensa Civil, las lluvias y los deslizamientos en Brasil han provocado 617 muertes.
El mismo boletín indica que al menos 6,050 personas perdieron sus viviendas y que otras 7,780 tuvieron que abandonarlas temporalmente y refugiarse en gimnasios y escuelas públicas.