En los alegatos finales en el juicio por el homicidio del obrero del SUNTRACS, Osvaldo Lorenzo, la defensa aseguró que desde el inicio de las investigaciones ya se había alterado la escena del crimen y la Policía nunca resguardó el perímetro donde se encontraban las evidencias.
El hecho ocurrido el 14 de agosto del 2007 en las inmediaciones de la empresa brasileña Norberto Odebrecht, donde perdió la vida Lorenzo de un tiro, más de nueve testigos señalaron que hubo intercambio de disparos, situación que niegan los abogados querellantes del SUNTRACS.
La abogada Guillermina Mc Donald, defensora de Julio Coronado, detenido tras el hecho de sangre, explicó ante el magistrado del Segundo Tribunal de Justicia, Secundino Mendieta, que el arma utilizada, que pertenecía al guardia de seguridad que custodiaba la empresa Odebrecht en Chilibre, Miguel Ibarra, fue detonada de frente a la calle, pero donde hubo 2 armas encontradas con la misma serie y sólo fue examinada una de ellas.
Para Mc Donald los derechos del occiso Osvaldo Lorenzo fueron violados por el Ministerio Público y sostiene que la impunidad en el proceso la violó el Estado al señalar que hubo deficiencias en la investigación.
Para el abogado querellante Rolando Rodríguez, los videos presentados el día del crimen refuerzan lo ocurrido.
Además, Rodríguez mantuvo su confianza en el peritaje de balística y del proyectil encontrado en el cuerpo de Lorenzo.
Un jurado de conciencia integrado por 5 mujeres y 3 hombres entró a deliberar anoche sobre la culpabilidad o inocencia de los imputados: Miguel Ibarra, Rogelio Ramos, Gustavo Santimateo, Jorge Morgan y Julio Coronado.
Miembros del SUNTRACS y del sindicato amarillo de Odebrecht aguardaban en las inmediaciones del Tribunal Marítimo de Balboa, donde se desarrolló el juicio.