La Zona de Policía de San Miguelito, en aras de aportar y trabajar por la protección de los niños y adolescentes que se encuentran en situación de riesgo social, vinculados a bandas y pandillas, promueve entre las autoridades del distrito, el programa denominado "Los Conquistadores", dirigidos por las unidades policiales y un grupo de hermanos de la Iglesia evangélica. El fin es el de rescatar a la juventud amenazada por tales situaciones.
El proyecto nace en esta zona policial, hace más de cinco años, cuando un grupo de policías cristianos decidieron emprender esta delicada tarea, e invirtieron su tiempo en beneficio de la comunidad.
Desde su inicio, el programa es coordinado por el subteniente Valdespino y un grupo de colaboradores de la Iglesia cristiana; y se creó con el objeto fundamental de proteger a los menores de edad, que aún no sean infractores, y de igual forma, redimir a los adolescentes miembros de pandillas, involucrados en actos delictivos, buscando su participación e integración en la vida ciudadana.
Las unidades policiales emprendieron esta tarea en conjunto con los pastores y líderes interesados, quienes, a través de organizaciones juveniles, se introducen en los barrios donde existen reportes y denuncias de grupos pandilleros por parte de moradores que se ven afectados.
El subteniente Valdespino señaló que, en la actualidad, el programa se encuentra en muchos sectores del distrito de San Miguelito, donde ha logrado rescatar y sacar de circulación a un total de 560 menores de edad, que ya estaban separados de la población productiva, y ha logrado en ellos un cambio de vida por la paz y la tranquilidad; además, les ha devuelto su libertad y su integración al sector productivo, capacitándolos en tareas útiles y ayudándolos a encontrar un trabajo remunerado que les sirva para poder cubrir sus gastos.
"Los Conquistadores" tienen células en Santa Librada, Santa Marta, Torrijos Carter, Samaria, Sinaí, Cerro Cocobolo, Roberto Durán, La Pavita, Cerro Batea, El Valle de Urracá, la Barriada Suntrac, y Los Andes N.� 2. Aquí existían varias pandillas que agobiaban a los residentes, por sus constantes actos violentos, y perjudicaban a otros inocentes. Por tal razón, se ha trabajado, primordialmente, en estas tareas, y hoy en día el cambio se nota porque impera la tranquilidad.
El programa se propone reestructurar la unión familiar, ayudar a los jóvenes a reintegrarse y lograr su aceptación por parte de su sociedad, promoviendo los valores espirituales, morales y cívicos.
FALTAS Y DELITOS
A través del programa se evita que los niños y adolescentes se inclinen a cometer faltas y delitos, manteniéndolos ocupados en charlas y seminarios de formación y capacitación, talleres educativos que les ofrecen una preparación académica y un oficio que puedan realizar. También desarrollan jornadas deportivas y actividades recreativas, alejadas de las drogas y de las armas de fuego.
Otra meta muy relevante es la de llegar a desarrollar en los adolescentes una vocación cristiana, la cual se le da seguimiento espiritual y técnico personalizado. Los jóvenes participan en actividades de la iglesia, así como cultos y charlas, enseñándoles a creer en Dios y a tener temor por los actos cometidos.
ETAPAS
El programa tiene varias etapas, la primera se inicia con niños de 5 a 7 años, a quienes se les orienta sobre su seguridad personal, enseñándoles a detectar las drogas y a evitarlas, diciéndoles no. De igual forma, se les enseña a manejar los sentimientos de enojo, y en caso de emergencia, a quién deben acudir. Otra etapa es la de niños de 8 a 12 años, a quienes se les da a conocer y se les educa sobre el respeto a las leyes y a las normas para mantenerse salvos; también deben decir no a las drogas.
En el período de adolescencia, entre 12 y 14 años, se les prepara para que no se dejen llevar por la presión de grupo, se les explica sobre el flagelo de las drogas y se les reitera para que se alejen de ellas. También se les orienta en cómo deben emplear, de una manera creativa, tiempo libre y mantener la autoestima alta. En tanto, a los jóvenes mayores de 15 años, se les trabaja en la moda, en los mensajes subliminales, en la percepción del alcohol y otras drogas.
Su recuperación se hará en el Centro de Rehabilitación, denominada Casa Alfarero, donde se trabaja afanosamente con la juventud descarriada.
CAMBIO DE CONDUCTA
La labor no es solamente en los sectores antes mencionados, "Los Conquistadores" van más allá. Ubican en las cárceles a los detenidos que provienen del distrito de San Miguelito, quienes, desde adentro envían consignas a los jóvenes que están afuera para que se encarguen de ejecutarlas, por ello, su misión es tratar de hacer un cambio de conducta en los que están presos, a través de la palabra de Dios, llevándoles la paz y la tranquilidad a los sectores de donde provienen.
A los privados de libertad se les da seguimiento hasta que cumplan su sentencia y una vez en sus barrios se trata de reintegrarlos a la sociedad, buscándoles un modo de sustento y a la vez aceptación, por parte de comunidad.
"Los Conquistadores" se ubican así entre las respuestas más efectivas que la sociedad y sus organismos le ofrecen a uno de los problemas más graves de hoy.
