En esto de la ola de violencia con armas de fuego, hay varias preguntas que sería bueno responder. Una de ellas es si las armas son nuevas o usadas. Eso es fácil de averiguar. Si son armas nuevas se debería averiguar cómo llegaron a manos de los maleantes.
�Será que las traen de contrabando por las fronteras, especialmente la de Costa Rica?
A cada rato las autoridades decomisan drogas. Pero no he visto noticias sobre la captura de armas de contrabando.
Panamá no produce armas. Tienen que venir de afuera, por diferentes rutas.
�Se podrían adiestrar perros para localizar armas de contrabando?
Sospecho que algunos se están llenando de plata contrabandeando esas armas, que luego utilizarán los maleante panameños.
También sería conveniente estudiar los cartuchos (balas) que se usan en los asesinatos.
�Son balas nuevas o recargadas? Tanto armas como balas no son artículos que pueden circular por el mundo sin control.
No creo la versión que esas nueve milímetros, revólveres .38 y los rifles AK-47 vienen desde la dictadura. Ver fotos de pistolas nuevecitas desmienten esta versión...
Un buen rastreo de la procedencia de esas armas podría permitir que las decomisen a tiempo para evitar asesinatos.
El asunto no termina allí. Cualquier persona que sepa algo de armas le dirá a usted que se necesita "aprender" a usarlas.
No se puede conseguir una pistola y salir a asesinar de una vez.
Es necesario practicar para conseguir "puntería". A veces esto no se consigue fácilmente.
Tales aprendizajes legalmente se hacen en sitios especiales, con mucha seguridad y con la supervisión de un técnico.
�Dónde aprenden a manejar armas nuestros "sicarios"?
Esa es otra pregunta que podría servir para evitar que ocurran tantos asesinatos en Panamá.
No quiero pensar que existe todo un sistema de traer armas ilegales al país, y adiestrar a los maleantes en su uso.
Realmente no creo que sea fácil ocultar un sitio de este tipo.
Aunque cueste dinero, hay que respaldar la actividad de "armas por comida". Una sola que se le quite a un maleante, puede significar que se salve una vida.
