Día tras día vemos con tristeza como grandes conglomerados de panameños(a) sufren la carencia de uno de los principales recursos que nos otorga la madre naturaleza como lo es el agua; sectores como Panamá Oeste y Panamá Este viven como "gorgojos" padeciendo así problemas de salud, por no poder injerir las cantidades necesarias de agua que recomiendan los médicos.
Para sorpresa de muchos, a unos cuantos kilómetros de distancia en nuestro querido Canal de Panamá, se botan al mar un aproximado de 52 millones de galones de agua dulce por cada barco que transita la vía acuática, cantidad que según expertos en recursos hídricos, representa casi la mitad del consumo diario del área urbana de Panamá. La situación se torna más crítica si tomamos en cuenta que al día transitan por el Canal entre 33 y 40 embarcaciones.
Viendo entonces este panorama, cualquier persona con dos dedos de frente debe entender que con el proyecto de ampliación del Canal de Panamá, a través de un tercer juego de exclusas, se demandará como es lógico más volúmenes de agua por lo que según científicos en veinticinco (25) años, cuando la población se haya duplicado, el medio más rentable para enfrentar las necesidades urbanas de agua será "restringir el número de tránsitos por el Canal de Panamá".
El gran dilema para el Estado a través de los gobernantes de turno, será decidir si seguirá patrocinando el agua del pueblo panameño para que unas navieras se beneficien de nuestro principal recurso o atender las grandes necesidades de agua que demanda la población panameña.