La fuerza para alcanzar el éxito y triunfar está en cada uno de nosotros. El detalle se centra en decidir si deseamos crecer para disfrutar las metas alcanzadas o esperar a que nos cuenten como otros, con determinación, lo logran alcanzar. Bajo este fundamento tiene especial importancia tres términos que debemos tener siempre presente y que hoy voy a desarrollar, se trata de la disciplina, perseverancia y el amor por lo que hacemos.
En uno de los tantos y merecidos homenajes que se le han rendido al connotado escritor Gabriel García Márquez, éste envió un mensaje de motivación cuando señaló que sólo se alcanza la cúspide cuando se ha trabajado con disciplina, constancia y perseverancia, cada día de todos los días de nuestra existencia. Y no está lejos de la realidad.
Cuantas veces vemos surgir de la clase media o baja, a humildes personas que con determinación han superado diversos obstáculos hasta alcanzar el éxito, ya sea en el campo científico, humanista, y muy recientemente en el ámbito deportivo. Panameños que no se han dejado consumir por el ambiente que les rodea, o peor aún, por la presión de grupo que tanto daño hace.
No vamos lejos, en el 2009 culminamos el año con la grata noticia de que Luis Durango, conocido también como Fili John, debutó en la gran carpa como jardinero de los Padres de San Diego. Un chico que conocimos cuando se iniciaba en la categoría infantil en la liga de Curundú. En muchas ocasiones se trasladaba desde los multifamiliares de Cabo Verde hasta el vetusto estadio para hacer su rutina deportiva que hoy día lo ha llevado a alcanzar su meta.
Y así como Fili John, muchos más seguirán alcanzando su objetivo, si le imprimen a lo que realizan amor, disciplina y perseverancia. Estas características propias del individuo que ama lo que hace, las veo reflejada cada día en dos atletas que admiro y que de seguro los veré, si Dios lo permite y los dirigentes también, en equipos contrarios, en el próximo torneo de béisbol mayor a inaugurarse en un par de semanas, me refiero a Juan y a Roly, dos talentos que surgen de las pequeñas ligas, dos amigos, dos hermanos que el deporte los ha unido.
Puede sonar obvio, pero cuando se está comprometido con el éxito, darse por vencido ni siquiera se considera como opción. Debemos estar dispuestos a hacer lo que sea razonablemente necesario para alcanzar nuestra meta. Sólo basta dedicar la mayor parte del día a realizar tu sueño. Pregúntate constantemente "�Lo que estoy haciendo me acerca más a mi meta?". En caso contrario comienza a hacer algo diferente, y recuerda "La Perseverancia prevalece, cuando todo lo demás falla".
Una vez más reitero que asumir obstáculos y limitaciones que se enfrentan en el camino, son oportunidades que el creador nos brinda para hacernos más fuertes antes las adversidades y que al final, al alcanzar la meta nos hacen valorar los logros.
A partir de hoy, les invito a valorar lo que tienen, mucho o poco, pero es lo que tenemos y podemos mejorar si le imprimimos cada día un poquito de perseverancia como clave para conseguir el éxito, disciplina acompañada de pensamientos y acciones positivas y amor por lo que hacemos.
