Sabemos que en las mujeres no es conveniente ser madre a edades avanzadas debido al mayor riesgo de alteraciones genéticas en el bebé y complicaciones en el embarazo y en el parto. Pero el reloj biológico no sólo avanza para ellas, la edad de los hombres también repercute en la salud del futuro bebé.
Concretamente, un estudio epidemiológico presentado en el simposio internacional sobre avances en psiquiatría que se celebra en Madrid asegura que a partir de los 40 años aumenta el riesgo de enfermedades psiquiátricas en los niños.
La paternidad después de los 40 años triplica el riesgo de que los hijos padezcan esquizofrenia y multiplica por cinco el riesgo de autismo, datos que confirman estudios anteriores que vinculan la edad paterna con este tipo de trastornos, como así también con el trastorno bipolar y el riesgo de aborto.
La explicación, creen los expertos, se centra en la degradación del esperma que "aumenta el porcentaje de mutaciones genéticas que produce células defectuosas".
Como van demostrando las investigaciones, la edad del padre influye tanto en la salud de los hijos como la de la madre. Sin embargo, completamente en contraposición a lo que sería recomendable, está siendo de lo más habitual que hombres y mujeres se conviertan en padres a partir de los 35 años, cuando más o menos cuentan con una estabilidad económica y emocional que les permite formar una familia.
