Quién no recuerda aquellos carnavales de Vía Brasil, en donde el punto de encuentro de la gente era el antiguo supermercado Gago. Los padres llevan a los niños con sus mejores vestimentas alusivas a la fiesta del dios Momo, pero la idea era pasarla bien y apreciar todo lo organizado para esos días tan esperado, y en el que hasta la fecha, el pueblo no ha dejado de guardar poco a poco para tener con divertirse.
Hoy en día se recurre a la preparación de eventos, en donde la atracción principal sea dirigida a todas las masas, pero donde suena el género reggae, es motivo suficiente para que se de un lleno completo.
Ahora, hablando del propio carnaval, recordando los de antes, se percibía el orden, vistosidad, no faltaba seguridad, había más participación de la comparsa, la gente podía decidir en qué tarima quería pasarla mejor.
A BAILAR SE HA DICHO
Como diría el señor Arquímedes, los toldos era ubicados en Barraza, Plaza Amador, Calle 16, cerca de la Asamblea Nacional, y con el paso del tiempo empezaron a ser ubicados en las afueras de la ciudad, Vía España y Río Abajo.
Su estructura no pasaba de estar dotadas de una tarima de madera en donde se presentaban los artistas. Ahora, lo más caro que pagaba la multitud por el show preparado eran B/.2.00 los hombres, porque las mujeres no pagaban.