Los simpáticos resbaloso, o los desagradables resbalosos. Escoja Ud. los sentimientos que le despierta estos personajes del carnaval de Panamá. Lo que muy pocos saben es que el origen de estos personajes que se embardunan sus cuerpos con pinturas de brillantes colores, adornan con cascos de plumas, blanden lanzas y mazas guerreras y hasta tragan fuegos al ritmo de tambores, se remonta al arrabal santanero del siglo XIX.
PAGA PARA EL SANCOCHO
En Santa Ana, fuera de la ciudad la población en su mayoría negra, había dejado de ser esclavos y los carnavales se celebraban con mucha alegría. Una de las prácticas era disfrazarse tal y como lo hacían los congos, con plumas de gallinazos, tiznarse la cara con hollín y con rústicos cetros y varas de mando salir y �vamos! a importunar y a secuestrar a los transeúntes que circulaban por las calles de Malambo (Calle 16 oeste) o el barrio de Granillo (Plaza Amador) y a cambio de dejarlos en paz, cobraban monedas o pedazos de carne, yucas, ñames y cualquier otra cosa que sirviera para el sancocho de la noche en la que se celebraban bailes populares.
�CUIDADO!
El carnaval siempre ha estado en el alma de los panameños. A finales del siglo XIX, La Estrella de Panamá, en sus noticias publica que el mismo Presidente del Estado Federal, Buenaventura Correoso, fue secuestrado por estos personajes arrabaleros con una cadena de oro. El histórico personaje se libró de ellos mediante un pago para la celebración del carnaval.
Mucho cuidado con los resbalosos, tienen la historia de su parte. Aunque todos los años el alcalde capitalino les dedica un edicto prohibitivo. Por más de 100 años han sido el terror de los niños, de las parejas, fastidian a todos, pero pertenecen a la alegría del carnaval, donde reina la farsa.