ABRACADABRA
"Alerta Bocas del Toro"
"Nadie que promueva esta clase de actividades merece la confianza
del pueblo bocatoreño, para ejercer ningún cargo por elección
popular".
Carlos Guevara Mann.
Entre las alarmantes noticias
sobre el tema ambiental, comentadas aquí el sábado pasado,
está la del establecimiento de una planta para el procesamiento de
desechos tóxicos, en Bocas del Toro, por parte de la empresa Environmental
Protection and Recovery, Inc. (EPRI).
Aunque la organización ecológica Defensa Ambiental ha
advertido acerca de la posibilidad de que el procesamiento de estos desechos
cause cáncer y otras enfermedades a la población bocatoreña,
ni el Ministerio de Salud ni la Autoridad del Ambiente, entidades controladas
por el PRD, han ordenado la suspensión del proyecto.
Tampoco se han manifestado al respecto los legisladores bocatoreños,
Eleuteria Baker, Felipe Serrano y Benicio Robinson, todos los cuales buscan
la reelección en la papeleta de su partido, el PRD.
Sobre la calidad y responsabilidad de sus legisladores perredistas, mucho
le dice al pueblo bocatoreño, este silencio; especialmente en el
caso de Robinson, quien además de legislador es el presidente de
la Comisión de Población, Ambiente y Desarrollo de la Asamblea
Legislativa.
Se pregunta uno, ¿qué tendrá nuestro país
que atrae, con el patrocinio del PRD, esta clase de proyectos que atentan
contra la supervivencia del pueblo panameño y la preservación
del medio ambiente?
Porque no es la primera vez que se propone el establecimiento, en nuestro
medio, de plantas para procesar materiales tóxicos. Durante la dictadura
de Noriega, por ejemplo, se conoció la existencia de un proyecto
de reciclaje de "basura internacional", también en Bocas
del Toro.
Según el perredista Francisco Sánchez Cárdenas,
la propuesta fue promovida, ntre otros, por el legislador Francisco Artola,
quien entonces militaba en el Partido Panameñista Auténtico
y hoy busca volver a la Asamblea, con el apoyo del Partido Demócrata
Cristiano (La Prensa, 18 de abril de 1997, pág 2A).
Si Artola espera que el pueblo bocatoreño confíe en él,
tiene que explicar claramente su postura frente a esta propuesta, como también
frente al actual proyecto de la EPRI. Nadie que promueva esta clase de actividades
merece la confianza del pueblo bocatoreño, para ejercer ningún
cargo por elección popular.
Por otra parte, en 1994, el estafador internacional y amigo del PRD,
Friedrich Adolf Specht, quien donó unos 650 mil balboas a la última
campaña de ese partido, propuso el establecimiento de una planta
de reciclaje de basura internacional. Afortunadamente, el proyecto no cristalizó
(La Prensa, 18 de abril de 1997, pág 2A).
Ahora se plantea una propuesta similar, promovida por EPRI y sabe Dios
quién más, con inmenso potencial para afectar la salud del
pueblo bocatoreño y el medio ambiente de una provincia bendecida
con un incalculable patrimonio ecológico, que debe conservarse para
beneficio de los habitantes de esa región del país.
Pero la propuesta del EPRI no es lo único que atenta contra el
medioambiente bocatoreño. En su edición del 15 de febrero
del mes corriente, El Panamá América denuncia la extracción
ilegal de arena en la Isla Colón.
De acuerdo con el despacho noticioso, ni el Alcalde, Heled Trotman, del
PRD,ni Miguel Angel González, director regional de Comercio e Industrias,
ministerio controlado por el Partido Liberal Nacional del Beby Arango, saben
nada al respecto. Mientras estos funcionarios ignoran lo que sucede ante
sus propias narices, se depredan las playas bocatoreñas.
Según la mencionada edición de El Panamá América,
"el problema de la extracción de arena no es reciente, ya que
conservacionistas tanto extranjeros como nacionales han manifestado también
su preocupación debido a la destrucción ecológica que
se da en el área".
Y como en otros sitios de la República, ninguna autoridad del
gobierno torista le pone un alto a este abuso.
El 2 de mayo no podemos desperdiciar la oportunidad de sacar para siempre
de la política a quienes no defienden la tierra que nos da sustento.
Si no exigimos a los servidores públicos un verdadero compromiso
con la conservación del medio ambiente, aumentará el deterioro
ecológico al puntoque nuestra misma subsistencia se verá amenazada.
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