Terrible lo ocurrido en Japón. Tres eventos devastadores han sacudido a esa nación oriental, con su secuela de muertos, heridos, desaparecidos, destrucción masiva de viviendas, entre otros, que han sumergido a sus habitantes en un estado de desesperación, ansiedad y preocupación.
Sumado a la tragedia, ahora se le viene encima el peligro que representa la posibilidad de una explosión en la central nuclear de Fukushima, dañada precisamente por los efectos del megaterremoto.
Las autoridades de Japón y del mundo están preocupadas por la situación que pueda ocurrir a sus residentes, en caso de explosionar la planta nuclear, debido a que los reactores están registrando irregularidades en sus funcionamientos, con una intensidad de recalentamiento que hace temer consecuencias fatales.
El hecho preocupa y vamos a explicar el porqué del problema. Uno de los reactores, identificado como el número 3, contiene plutonio en vez de uranio, imagínese usted lo severo que podría constituir para el área, en caso de explotar. Explican los expertos que ya existen efectos radiactivos que pueden causar daños al organismo humano. Esto es terrible.
Las consecuencias son devastadoras no solo para Japón sino para el mundo.
En ese sentido, cuando surgió el problema, los medios de comunicación masivos locales, como la radio y la televisión, cada cual informaba a su antojo y a su manera sin prever la afectación que estaba causando en la población. Era un periodismo amarillo, cada quién buscando su respectivo "rating" y eso es cruel.
El Estado debe tomar control cuando los eventos son de extrema magnitud porque no se puede jugar con la salud informativa de quienes ignoran en su momentos la magnitud desfavorable del fenómeno. En Panamá, había mucho temor en la población, aunque el fenómeno no haya ocurrido en territorio panameño.