Será como una especie de monstruo de dos cabezas. La idea era fortalecer a la PTJ con el personal de la Dirección de Investigación e Información Policial (DIIP), pero hay preocupación sobre la existencia de dos mandos sobre ese personal: el director de la Policía y los fiscales del Ministerio Público.
También se hace preciso, que los policías que ahora formen parte de la DIJ entiendan que el acopio de pruebas para los casos deben lograrse cumpliendo los requisitos legales y no basarse en meros informes de inteligencia, que a veces no sirven para nada al momento de una audiencia, porque no tienen fundamentos sólidos.
También existe el temor de la ciudadanía que la nueva DIJ se convierta en el antiguo DENI de ingrata recordación para los opositores al aparato castrense, ya que fue utilizado en muchas ocasiones para perseguir no a delincuentes, sino a los adversarios del régimen de turno.
Ya Panamá ha pasado amargas experiencia en materia de seguridad y lo que se requieren es funcionarios que manejen de manera profesional las investigaciones de los delitos que se produzcan en el país y que no se dejen influir por las pasiones políticas.
El que tiene el poder siempre tiene la tentación de controlar todo, olvidando que los mecanismo de balance son buenos en toda administración, porque de esa forma se previenen los abusos.