EDITORIAL
Derrotero de la democracia paraguaya
Paraguay, país sin
costas marinas, enclavado en el corazón de América, constituye
una formación social interesantísima que en el desarrollo
de su existencia institucional formó parte importante del Gran Imperio
Guaraní; realidad indígena que se extendió desde Bolivia,
Brasil y norte argentino, donde preclaros gobernantes, surgidos de la colonización
española, permitieron la constitución de fórmulas de
gobierno y mando de avanzada para la época, al erradicar la esclavitud,
organizar sistemas productivos comunitarios.
Paraguay alcanzó niveles de modernidad en el pasado siglo; en
su territorio se construyó el primer ferrocarril de Suramérica;
allá se instalaron fundiciones metalúrgicas y se edificó
un palacio de ópera y teatro, y sus exportaciones agrícolas
alcanzaron niveles de respetabilidad en el comercio mundial.
Paraguay fue sometido militarmente por la acción militar de Triple
Alianza de Brasil, Argentina y la Banda Oriental, hoy república de
Uruguay, perdiendo en la contienda más de la mitad de su territorio,
que dejó diezmada la población masculina que pereció
en los heroicos combates que proclaman la fama de valentía y lealtad
de sus guerreros.
El descubrimiento de hidrocarburos en el Chaco y la explotación
de sus bosques de maderas preciosas condujo la Guerra con Bolivia, donde
las petroleras sacaron ventajas faraónicas que doblegaron la vida
económica paraguaya, y dar ascenso a los castrenses guerreristas,
haciéndose del poder el General Alfredo Stroessner, héroe
del Chaco, que elimina a Estigarribia, para quedarse treinta años
en el poder.
En 1989, la caída del régimen cerrado, autoritario y corrupto
de Stroessner, por la acción disidente armada del general Andrés
Rodríguez, devolvió precaria democracia al Paraguay, y llevó
al destierro brasilero a Stroessner, que desde la lejanía conspira
y fragua contra el afianzamiento del camino de justicia y legalidad del
país.
Lino Oviedo, general del ejército, quien arrestó a Stroessner,
pretendió la investidura de presidente, y para ello, conspiró
para derrocar al primer mandatario electo Juan Carlos Wasmossy; pronunciamiento
fallido que lo llevó a cumplir cárcel, condenado a diez años
de presidio; perdiendo así la candidatura del Partido Colorado.
Raúl Cubas, candidato sustituto, impuesto por Oviedo, resultó
electo, y en compensación indultó al General Oviedo, desconociendo
la sentencia en su contra; acto recurrido ante la Suprema Corte de Justicia,
que lo declaró ilegal, negándose Cubas a acatarlo: la reticencia
provocó un conflicto institucional y levantó reclamos políticos
que lo llevarían a un juicio político, para evitarlo ayer
renunció. Lino Oviedo huyó a Argentina.
La democracia paraguaya camina con firmeza y elude los valladares que
los obnubilados le interponen. Paraguay resulta hoy ejemplo de lucha cívica
y de voluntad decidida a forjar un firme y certero Estado de derecho, que
le gane el respeto y la admiración de todos.
|
|
AYER GRAFICO |
El Gobierno Nacional condecora a la gran folclorista Petita Escobar |
|