Martes 30 de marzo de 1999

 








 

 


EDITORIAL
Derrotero de la democracia paraguaya

Paraguay, país sin costas marinas, enclavado en el corazón de América, constituye una formación social interesantísima que en el desarrollo de su existencia institucional formó parte importante del Gran Imperio Guaraní; realidad indígena que se extendió desde Bolivia, Brasil y norte argentino, donde preclaros gobernantes, surgidos de la colonización española, permitieron la constitución de fórmulas de gobierno y mando de avanzada para la época, al erradicar la esclavitud, organizar sistemas productivos comunitarios.

Paraguay alcanzó niveles de modernidad en el pasado siglo; en su territorio se construyó el primer ferrocarril de Suramérica; allá se instalaron fundiciones metalúrgicas y se edificó un palacio de ópera y teatro, y sus exportaciones agrícolas alcanzaron niveles de respetabilidad en el comercio mundial.

Paraguay fue sometido militarmente por la acción militar de Triple Alianza de Brasil, Argentina y la Banda Oriental, hoy república de Uruguay, perdiendo en la contienda más de la mitad de su territorio, que dejó diezmada la población masculina que pereció en los heroicos combates que proclaman la fama de valentía y lealtad de sus guerreros.

El descubrimiento de hidrocarburos en el Chaco y la explotación de sus bosques de maderas preciosas condujo la Guerra con Bolivia, donde las petroleras sacaron ventajas faraónicas que doblegaron la vida económica paraguaya, y dar ascenso a los castrenses guerreristas, haciéndose del poder el General Alfredo Stroessner, héroe del Chaco, que elimina a Estigarribia, para quedarse treinta años en el poder.

En 1989, la caída del régimen cerrado, autoritario y corrupto de Stroessner, por la acción disidente armada del general Andrés Rodríguez, devolvió precaria democracia al Paraguay, y llevó al destierro brasilero a Stroessner, que desde la lejanía conspira y fragua contra el afianzamiento del camino de justicia y legalidad del país.

Lino Oviedo, general del ejército, quien arrestó a Stroessner, pretendió la investidura de presidente, y para ello, conspiró para derrocar al primer mandatario electo Juan Carlos Wasmossy; pronunciamiento fallido que lo llevó a cumplir cárcel, condenado a diez años de presidio; perdiendo así la candidatura del Partido Colorado.

Raúl Cubas, candidato sustituto, impuesto por Oviedo, resultó electo, y en compensación indultó al General Oviedo, desconociendo la sentencia en su contra; acto recurrido ante la Suprema Corte de Justicia, que lo declaró ilegal, negándose Cubas a acatarlo: la reticencia provocó un conflicto institucional y levantó reclamos políticos que lo llevarían a un juicio político, para evitarlo ayer renunció. Lino Oviedo huyó a Argentina.

La democracia paraguaya camina con firmeza y elude los valladares que los obnubilados le interponen. Paraguay resulta hoy ejemplo de lucha cívica y de voluntad decidida a forjar un firme y certero Estado de derecho, que le gane el respeto y la admiración de todos.

 

 

 



 

AYER GRAFICO
El Gobierno Nacional condecora a la gran folclorista Petita Escobar


CREO SER UN BUEN CIUDADANO
Sin embargo no contribuyo con mi salud


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