El Cerro Ancón entre la naturaleza
y la historia
ARI / Colaboración
Crítica en Línea
Con una riqueza natural que
ha podido preservarse a través del tiempo, el cerro Ancón
se erige como un monumento donde la flora y la fauna se entremezclan con
una serie de hechos históricos que han marcado la vida política
del panameño.
El informe presentado por la consultora internacional Dames & Moore
a la Autoridad de la Región Interoceánica (ARI) hace un inventario
del suelo, clima, flora, fauna, historia y sitios turísticos localizados
en este cerro.
El cerro Ancón, localizado en el sector Pacífico a un costado
del Puente de Las Américas, tiene una altura máxima de 200
metros sobre el nivel del mar y de acuerdo a los estudios de agrimensura
posee una extensión total de 48.26 hectáreas.
Sobre la base de los estudios se determinó que el cerro Ancón
posee una temporada seca bastante marcada, su duración va de diciembre
a abril, mientras que la estación lluviosa inicia en mayo y se extiende
hasta noviembre.
Los registros geográficos indican que los promedios mensuales
de la velocidad del viento en el Cerro Ancón son de intensidad moderada
y alcanzan su máximo durante la temporada seca. El cálculo
de humedad se encuentra, tanto en la cima como en sus faldas, entre el 27
y 31%.
Otro dato de este punto geográfico, registrado en el inventario
de la consultora Dames & Moore, señala que el origen geológico
del cerro Ancón data de los períodos del Mioceno medio, superior
e inferior (era terciaria).
El inventario hecho por la consultora sostiene que el bosque que se halla
en el cerro Ancón se define como húmedo tropical y la mayor
parte de él se considera como una asociación vegetal joven.
Los estudios de expertos investigadores como Standley (1928), Escobar
y Carrasquilla (1987) manifiestan que la vegetación dentro del cerro
se mantiene bastante conservada e incluso sustentan que no ha tenido variaciones
profundas en los últimos 400 años.
Este es en la parte de la cima, sin embargo, la ladera occidental de
Quarry Heights fue utilizada como cantera para obtener material para la
construcción de las esclusas de Pedro Miguel y Miraflores.
Esta remoción, afirman los estudiosos, causó cambios en
la vegetación del área. A ello hay que agregar que las laderas
bajas fueron modificadas para la construcción del Hospital Gorgas
y viviendas en Herricks Heights.
Las investigaciones realizadas por los expertos de Dames & Moore
localizaron una flora rica en el Cerro Ancón, compuesta por 212 especies,
de ellas 61 familias son dicotiledóneas y 13 son monocotiledóneas.
Dentro de este inventario preparado por la empresa consultora se indicó
que de la flora contabilizada unas 36 especies tienen uso maderable y 16
ornamental; 14 como leña; cinco para construcción de casas
rurales y cuatro con uso medicinal.
El estudio muestra que en el Cerro Ancón contiene una riqueza
de vertebrados que incluyen 68 especies entre mamíferos, aves, reptiles
y anfibios. Entre esas sobresalen 40 tipos de aves que forman parte de las
400 que pueden observarse en toda el área del Canal.
A nivel de los mamíferos el inventario reporta el ñeque,
la zorra murina, los murciélagos, la zarigüeya, los perezosos
de dos y tres dedos, el mono tití, la ardilla gris, el armadillo
de nueve bandas, puerco espín, conejo pintado, gato solo y venado
cola blanca.
Un dato interesante es la alta población de ñeques en el
cerro y esto se debe, a que es una especie que puede ocupar diversos hábitats
perturbados y se adapta fácilmente a la presencia del hombre.
En cuanto a las aves, de las 39 especies encontradas abundan en el cerro
el gallinazo negro, el perico barbinaranja, el zorzal de Swainson y el mirlo
pardo. Del total de especies un 28% de ellas son migratorias. El inventario
muestra que el cerro Ancón se ubica como parte de la ruta migratoria
de las aves procedentes del Norte rumbo hacia Sudamérica.
En este sitio geográfico existe una baja población de reptiles,
en el inventario de Dames & Moore son mencionadas la lagartija cabeza
naranja, dos especies de serpientes de tipo no venenosas y esto se puede
observar en el escaso registro de sapos, ranas y roedores.
El cerro Ancón simbolizó la lucha de los panameños
por recuperar la soberanía y fue hasta fuente de inspiración
a poetisas como Amelia Denis de Icaza, quien le escribió un poema.
Sin embargo, el cerro ha estado vinculado a la historia antes de la construcción
del Canal, en 1676 la nueva ciudad fue fundada muy próxima al cerro
y transcurridos 200 años los franceses seleccionaron sus laderas
para construir un hospital.
Recuerdan los historiadores que en el sitio donde desemboca la calle
"B", límite norte del corregimiento de El Chorrillo y la
avenida de Los Mártires, existía un manantial, denominado
"El Chorrillo", que abastecía de agua fresca a la ciudad
de Panamá.
El cerro, como otros sitios de la metrópolis, tiene vestigios
de la presencia francesa y norteamericana. Con la llegada de los franceses
se establecieron los jardines de flores y eucaliptos cerca del Hospital
Central de Panamá que luego sería el nosocomio Ancón.
En tanto, con la llegada de los norteamericanos se estableció
el jardín Powell, un sitio que contenía más de 7,000
ejemplares de plantas entre las que sobresalían las orquídeas.
Desde 1919 funcionó en las faldas del Cerro Ancón el conocido
Hospital Gorgas que muy rápido se constituyó en la mayor institución
médica en el hemisferio occidental al sur de los Estados Unidos.
A este hospital acudían pacientes que procedían de Centro
y Sudamérica.
Por iniciativa de la Municipalidad de Panamá en las faldas del
cerro opera el complejo turístico-comercial "Mi Pueblito",
en los que se resalta la faceta de la campiña y nuestras raíces
indígenas y afroantillanas. Muy cerca de este punto se construyó
el Mercado Artesanal que espera captar al turista que visita el Cerro Ancón.
Ahora los planificadores de la ARI buscan una mayor integración
del cerro con el desarrollo turístico que vive Panamá; para
ello han pensado en el establecimiento de un Teleférico que permita
una mayor atracción del visitante sin que esto ponga en peligro su
belleza natural.
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