EEUU debe tener cuidado con la situación
en Colombia
Miami
REUTERS
Estados Unidos, involucrado
en una guerra en Yugoslavia, enfrenta una creciente crisis mucho más
cerca, en Colombia, y debe tener mucho cuidado con la situación en
el país latinoamericano, dijo un analista estadounidense.
La política de Estados Unidos con relación al conflicto
entre el gobierno colombiano, la guerrilla izquierdista y los grupos de
narcotraficantes sigue sin definirse, a pesar de que la ayuda militar ha
ido en aumento, dijo el analista John Sweeney en un artículo escrito
para la organización especializada Heritage Foundation.
"El presidente y el Congreso deberían recordar sabiamente
que el involucramiento de Estados Unidos en l Guerra de Vietnam comenzó
con unas pocas decenas de asesores militares y una cifra pequeña
de ayuda financiera", explicó el experto.
"Si los límites del involucramiento militar de Estados Unidos
(en Colombia) no se definen claramente desde el comienzo, el riesgo es grande
de que un número significativo de soldados norteamericanos pudiera
ser arrastrado al conflicto", agregó Sweeney.
Actualmente, unos 200 militares estadounidenses están emplazados
en Colombia.
Washington, que tiene previsto otorgar a Colombia en 1999 un paquete
de ayuda sin precedentes de 240 millones de dólares, incluyendo aviones
y armas, insiste en que sus recursos están destinados única
y exclusivamente a combatir el tráfico de drogas, en especial la
cocaína y heroína.
Sin embargo, la línea divisoria entre la guerrilla y el narcotráfico
no está claramente definida debido a que con frecuencia los grupos
guerrilleros se involucran en actividades relacionadas con el tráfico
de drogas.
Por otra parte, las conversaciones de paz entre el gobierno y los rebeldes
colombianos para poner fin a una guerra civil que ha costado ya unas 35.000
vidas sólo en los últimos 10 años, se hallan estancadas
y su éxito está en duda.
Sweeney opinó que era un error del gobierno del presidente Bill
Clinton apoyar el plan de paz colombiano porque, según su punto de
vista, los rebeldes lograrían legitimidad política, a pesar
de sus nexos con la mafia narcotraficante, y aunque la guerrilla decidiera
apartarse del tráfico de drogas, los grupos se reorganizarían
y continuarían el millonario negocio.
Si el plan de paz fracasa, las únicas opciones del presidente
colombiano Andrés Pastrana serían rendirse y entregar casi
la mitad del país a los rebeldes o ordenar al ejército, mal
armado y poco entrenado, que trate de triunfar en una batalla en la que
no ha podido ganar terreno en varios años.
"¿Qué medidas tomará el gobierno (estadounidense)
si las conversaciones se tornan violentas? ¿Propondría el
presidente Clinton enviar tropas a Colombia para ayudar a lograr la paz,
como ha hecho en Bosnia, Haití y Somalia"? preguntó Sweeney.
Funcionarios militares estadounidenses han reaccionado airadamente en
el pasado ante sugerencias de que Colombia es un posible Vietnam y han asegurado
de que es necesario ayudar al país sudamericano para poder ganar
la guerra de las drogas.
"Creo que hay una razón para expresar un optimismo cauteloso
de que una solución a largo plazo a los problemas de seguridad (en
Colombia) comienza a verse", dijo el general Charles Wilhelm, jefe
del Comando Sur de Estados Unidos, ante una audiencia del congreso celebrada
en febrero en Washington.
Wilhelm atribuyó el optimismo a un vuelco en el liderazgo de la
nación bajo la presidencia de Pastrana y a las reformas que inició
el nuevo ministro colombiano de Defensa.
"Por primera vez en mucho años, estoy confiado de que el
liderazgo militar de Colombia es equivalente a la tarea que tiene que emprender
(para resolver el conflicto). La tarea que tienen enfrente (los militares)
es intimidante", enfatizó Wilhelm.
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