Los técnicos de TEPCO consiguieron sellar una fuga que vertía agua altamente radiactiva al mar desde la central de Fukushima Daiichi, una noticia positiva frente a las preocupaciones de países vecinos y de pescadores.
El agua radiactiva fluía al Océano Pacífico desde la pared de una fosa cercana al reactor 2.
La grieta, fue sellada gracias a la inyección en el subsuelo de la central, de silicato de sodio, un polímero soluble que al endurecerse bloqueó la salida de agua contaminada.
La Agencia de Seguridad Nuclear de Japón pidió a Tokyo Electric Power (TEPCO), operadora de la planta, que vigile la fosa por donde escapaba el agua radiactiva y que contribuyó a que la radiación en el mar llegará a superar 7,5 millones el límite permitido del yodo 131.
La Agencia recordó que aún existe la posibilidad de que el agua radiactiva, que podría provenir del núcleo del reactor 2, salga por otras zonas dentro de la central.
Las miles de toneladas de agua que se han estado bombeando a los reactores de 1 a 4 para refrigerar las piscinas de combustible han creado un gran flujo de agua radiactiva que ha anegado las instalaciones de la central de Fukushima.