Todos queremos ver a nuestro país avanzar y desarrollarse. Queremos vernos a nosotros, nuestros familiares, amigos y compañeros de trabajo mejorar como personas, como profesionales y vivir felices.
Pero a veces nos encontramos con situaciones que nos hacen dudar sobre la buena voluntada de quienes nos rodean. Es entonces que nos damos cuenta de las razones del llamado "subdesarrollo".
Panamá es un país subdesarrollado, a pesar de estar rodeado de focos de riqueza como el Canal Interoceánico, la Zona Libre, el centro bancario y otros ventajas que nos produce nuestra privilegiada posición. Nunca te has preguntado �porqué no avanzamos? La respuesta es sencilla: por la gente.
El promedio de los panameño es irresponsable, hace las cosas por salir del paso y siempre tiene un cuento a flor de labio. En resumen se la pasa de excusa en excusa; es un excusado permanente.
Cuando un extranjero llega a laborar a una empresa se levanta la xenofobia. Se ataca a esa persona porque cumple su trabajo a cabalidad y no pierde el tiempo ardillando por doquier y hablando babosadas en las esquinas.
En Panamá hay buenos trabajadores, pero hay otros que dejan mucho que desear. Se les asignan tareas y el jefe tiene que andar como un capataz para poder que se cumplan con sus obligaciones.
El tiempo durante el cual deben rendir una labor productiva lo desperdician en tonterías y a la hora de entregar sus tareas lanzan más promesas que un político en campaña: lo entrego mañana, pasado o el día del huevo.
Igual sucede con los técnicos. Lleve usted su auto, cualquier electrodomésticos, un vestido o un par de calzado a reparar. Le dicen que estará listo tal día, pero llega la fecha y ni siquiera han iniciado el trabajo. En cambio va usted al negocio de un chino y el tipo le cumple al pie de la letra.
Por eso para que Panamá avance hay que cambiar de mentalidad y trabajar con empeño.