Pasa una chica hermosa y los ojos de un hombre se clava sobre su trasero. Es una mirada insistente. No se despega de la espalda de la mujer, tal si fuera un puñal clavado. Estamos hablando del comportamiento de un lujurioso.
La lujuria es el deseo desordenado hacia el placer sexual. Es una trasgresión al Sexto Mandamiento y uno de los siete Pecados Capitales. Para los que no somos duchos en la terminología religiosa, explicamos que el término "capital" no se refiere a la magnitud del pecado, sino porque éste da origen a muchos otros pecados.
Un lujurioso usted lo detecta en sus ojos. Son esos hombres que miran hasta cuando pasa una escoba. Son aquellos que constantemente se la pasan observando revistas o sitios cibernéticos de pornografía.
El lujurioso casi siempre tiene un perfil silencioso. No habla o pocos le conocen su tono de voz.
Lo suyo es mirar. Los ojos se hicieron para ver dirá él.
No es que seamos mojigatos. A todo hombre -mejor dicho a la mayoría- le gusta apreciar la belleza femenina, pero de allí a lujuriar hay un gran trecho.
Hey, se puede mirar a una mujer con ojos de cariño, amor y hasta con indiferencia, pero lo malo es la lujuria. Si sufres de eso, es mejor que ni mires a una mujer, porque es posible que te ganes el mote de "lujurioso".
Si tienes los ímpetus sexuales fuera de control, cuenta hasta un millón, ponte a leer algún libro de motivación personal o ni nada de esos funciona prepárate una buena limonada.
La lujuria no se controla de la noche a la mañana, pero puedes ir poco a poco. �Así serás un mejor hombre!.