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Emiliani responde

Por: Rómulo Emiliani | Monseñor

Monseñor, Dios lo bendiga. Mire, estoy harto de todo. Soy abogado y ya llevo 15 años de la profesión. Siempre fui un muchacho idealista y soñaba con ejercer esta profesión y defender a los pobres, promover la justicia y en fin dejar este mundo mejor que como lo encontré. Fui un estudiante de muy buenas notas. Quería casarme con una mujer que llenara mis aspiraciones espirituales y estéticas y así fue. Tengo tres hijos. He trabajado mucho y me considero un hombre de una clase media más o menos fuerte pero estoy en un estado depresivo y no le encuentro ahora sentido a nada. Ya estoy harto de almuerzos con posibles clientes, de defender a gente que parecía inocente pero que ocultaban sus fechorías, y de andar yo buscando la manera de cobrar lo más posible al que viniera, de sacar gente de la cárcel y en algunos casos contribuir a meter a otros al presidio. Ya me cansé de papeles, expedientes y hasta me aburre la casa. Encuentro a mi mujer vieja y cansada y algo que me gustaba, pintar cuadros y hacer poesía me resbala. Yo sé que eso lo llaman depresión. Un médico amigo me recomendó un antidepresivo muy común y lo comencé a tomar. Pero algo está fallando dentro de mi.

Mire hermano, usted es un hombre idealista pero se ha encontrado con la realidad, la de un mundo que muchas veces no es ni blanco ni negro. Es decir, muchos clientes serán inocentes en algo, pero culpables en otra cosa e intentarán hacer ver que la verdad está completamente de su parte. Para ellos los contrarios son culpables en todo. Usted debe tener los ojos siempre abiertos y defender lo que es "defendible" nada más. Ha visto que la rutina empezó como comején a arruinar el "mobiliario de sueños" suyo y hasta llegó a su hogar y ya ve a su esposa "vieja y cansada". Es probable que usted esté proyectando en ella lo que usted ve en sí mismo. El problema suyo es que no le encuentra sentido a lo que hace. Pare y reflexione: ser abogado es una excelente profesión, en la que tiene que lidiar constantemente con el "conflicto humano". Su objetivo es lograr acuerdos en el marco de la ley, hacer prevalecer la justicia, defender al agraviado injustamente, promover relaciones basadas en el respeto al otro..

Mire, su problema tiene que ver con su relación con Dios, por lo que debe buscarlo sabiendo que El quiere pacificar su alma. Acérquese a su Iglesia y confíe en El, ya que con el Señor usted es invencible.



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