Su casa lo traicionó al convertirse en una trampa de muerte. Franklin Staples Grifild, quien ayer, martes cumplió, 59 años, jamás imaginó que ese día tan especial fallecería asfixiado producto de un voraz incendio.
Todo parece indicar que el occiso dormía a eso de la 3 de la madrugada, en el cuarto N� 3 de la casa 2466, ubicada en Calle V Río Abajo, cuando se dio el fuego.
"Mi papá, Flanklin, no murió calcinado, como muchos piensan", dijo Raúl, uno de sus seis hijos.
Producto de la desesperación y lucha que tuvo para ganarle a las llamas y salir ileso de su hogar, Franklin se dio un duro golpe en la cabeza que lo dejó inconsciente y a merced del humo que al final inhaló y lo mató.
ACCION DEL BARRIO
Los vecinos corrieron a socorrer a Franklin, pero al igual que los camisas rojas y uniformados que se presentaron al lugar, no lograron evitar la tragedia humana.
La causa que originó el fuego no está clara. Se especula que una vela que dejaron encendida dentro del inmueble probablemente produjo el fuego, o quizá un corto circuito. Lo cierto es que la oficina de seguridad de los bomberos investiga el accidente.
ASI ERA FLANKLIN
Una señora que prefirió el anonimato y hizo todo lo que estaba su alcance para salvarle la vida a Franklin, narró que la víctima se ganaba la vida como panadero.
Todo los años, para el tiempo de La Semana Santa, Flanklin preparaba los famosos panes Bon, con los cuales se hizo popular entre los residente de Río Abajo.
El difunto era una persona tranquila, con más de 20 años de vivir en el corregimiento, dijo uno de sus hijos.
A la hora de la desgracia, la víctima estaba sola, aunque vivía con uno de sus descendientes.
LA FAMILIA
Unida se hallaba la familia Staples Grifild en la que fue la casa de su padre; desde muy tempranas horas de ayer removieron los escombros y limpiando los restos de accesorios quemados.