Zulay Rodríguez (quien al parecer no tuvo nada que perder), le puso una mecha corta al petardo político llamado José Abel Almengor y este, temiendo que le explotara en la cara, puso pie en polvorosa, para salir huyendo de semejante artefacto jurídico-penal, situación esta que me obliga a hacer los siguientes comentarios.
En primer lugar, el ex magistrado Almengor nunca debió haber caído en la trampa que muy sutilmente le tendió Zulay, lo cual, a su vez, los medios - algunos de ellos, en alguna medida - avalaron con despachos que luego indujeron, y predispusieron, a la población a tomar partido, a priori en un asunto que apenas se estaba "gestando".
En segundo lugar, sin ni siquiera haber sido citado por ninguna autoridad competente, Almengor se "achicopaló" y, corriendo, redactó la conocida nota mediante la cual puso su cargo a disposición... �sin siquiera haberse ratificado en nada de lo que dijo allí sentado, muy cómodamente, en un sillón aquel día que "soltó la lengua" (algo muy parecido al caso del Col. Roberto Díaz Herrera por allá por 1987, �se acuerdan?).
Señor ex magistrado José Almengor, es lamentable que usted haya optado por colgar los guantes sentadito en su esquina, antes de que se iniciara realmente el combate anunciado en su contra, porque culpable o inocente, su actitud es a todas luces decepcionante, especialmente para sus colegas magistrados, quienes lo menos que esperaban de usted es que se jalara las greñas en defensa de su ética y moral, profesional y personal, respectivamente.
Pero bueno... "ces't la vie"... La presión ejercida por los medios, aunado a lo que interpreto como su falta de una genuina convicción en las cosas que dice, inclinaron la balanza hacia ese lado débil de su personalidad, allí quedó la cosa...No aguantó más y �salió huyendo!
