Monseñor Emiliani, el miedo me consume. Estoy cada día peor. Hace dos años obtuve el título de ingeniero y estoy trabajando en una empresa de construcción y le confieso que me da miedo cometer un error, aceptar un trabajo allí donde yo sea quien tenga que decidir. Hasta ahora estoy bajo las órdenes de otro ingeniero. Hay un maestro de obras, de muchos años de experiencia que se ríe de mi, habla mal de los que "estudiamos" y en varias ocasiones me ha querido probar que yo estoy equivocado. Y me da miedo discutir con él. Esto viene de muy atrás. En la escuela siempre me dio miedo hablar en público y en dos ocasiones un niño más fuerte y alto que yo me golpeó y no supe defenderme. Tanto en el colegio como en la universidad era tímido y aún así llegué a tener una novia acabando el bachillerato, pero ella me dejó porque dijo que yo era muy aburrido. En la universidad también tuve otra novia, pero ella me engañó con otro muchacho. Me va mal en estas relaciones con muchachas. Tengo miedo de enfermarme, de que me expulsen del trabajo, de tener otra novia y que me rechace. Los miedos me consumen. No sé que hacer.
Estimado joven, quiero decirte que cultivar miedos es tan desastroso como estar en una habitación con mil cucarachas que caminen por todos lados e inclusive encima de tu cuerpo y que no puedas salir de allí. Perdona la comparación, pero la mente paralizada por los miedos vive en permanente angustia y ocasiona torturas a tu alma muy grandes. Tú lo has experimentado por lo que me dices. Tienes un grave problema de autoestima y no confías en ti mismo. Mientras te tengas por menos, mientras pienses que no puedes, que no tienes derecho a triunfar y a ser feliz, mientras no creas en ti mismo y en tus potencialidades, estarán "parado" en la vida, avanzando muy lentamente y al final perdiendo grandes oportunidades para realizarte. Mejora la manera en que te ves. Haz un recuento de tus cualidades. Si la que puede ser tu novia ve que eres una persona positiva, valiente, decidida, capaz de hacer las cosas, eso va a provocar una actitud positiva de ella hacia ti. Nadie quiere casarse con un inseguro que tenga miedo de todo.
