La joven de unos veinticinco años tenía cara de aburrimiento. Curioso le pregunté la razón. Me dijo que estaba aburrida de hacer todos los días lo mismo en ese trabajo.
"Debe dar gracias que tiene un empleo, porque muchos panameños están desempleados", dije como argumento contrario a la actitud de la joven.
Entonces mi mente se fue por el llamado "túnel del tiempo". Me vi hace cincuenta años, siendo un jovencito de dieciocho años, recién cumplidos, en mi primer empleo.
Por suerte, el jefe juez Rubén D. Conte (q.e.p.d.) me dio una lección de vida que siempre recuerdo para el 1 de Mayo.
Señalándome a dos porteros ancianos, que barrían con entusiasmo, me dijo que para tener éxito en la vida "había que trabajar con amor".
Creo que he seguido ese consejo en mis cincuenta años de trabajar. Sin embargo, debo aceptar que no todos los panameños aman su trabajo. Y, siendo honrado, debo decir que algunos son rutinarios, sin mayores estímulos ni atractivos.
Pero creo que hasta la ocupación más aburrida puede hacerla una persona con entusiasmo y efectividad. Todo dependerá de la actitud del trabajador...
En Panamá, no hay lo que en otros países se conoce como "cultura del trabajo". Es más, no les extrañe que algunos adultos y educadores hablen mal del trabajo, sobre todo cuando piden que "no se dejen explotar", "no te mates para enriquecer al patrón", etc.
Claro que no hay que sufrir injusticias laborales. Eso no significa que cuando usted vaya a una oficina del Gobierno no encuentre a veces a gente que no se desempeñan bien.
Muchas personas ponen cara de asombro cuando se enteran que estoy jubilado, pero sigo trabajando con entusiasmo y creatividad. Seguramente, pertenecen al grupo de panameños que sueñan con jubilarse para "hacer nada".
Es lamentable trabajar en algo que no llena nuestro desempeño laboral...
Respecto a los obreros organizados, aquí siguen los Sindicatos siendo agrupaciones para la lucha contra los patrones.
Si un grupo señala fallas de los obreros, entonces considerarán a ese sindicato como "amarillo".
Ese enfoque del sindicalismo "enemigo del patrón" está obsoleto (antiguo).
En el mundo moderno, ambos son sectores necesarios para el buen funcionamiento de una empresa o institución, y no enemigos.
