La niña Lury Rodríguez, de 11 años, se salvó milagrosamente de morir fulminada por un rayo que cayó en su cuarto, en El Roble de Aguadulce. La menor estaba sola en casa, salió un momento a ver unos periquitos y en ese instante vino la descarga.
El rayo cayó sobre una palma; sin embargo, impactó la ventana de ornamentales de su casa e inmediatamente la cama, abriendo un hueco sobre el colchón.
Lury corrió asustada y cayó, por lo que se golpeó el rostro y las piernas.