El Indice de Confianza (ICC) presentado ayer por la Cámara de Comercio revela que los panameños redujeron su optimismo en torno al futuro económico del país. El alto costo de la vida, el incremento de la delincuencia y la corrupción, son los aspectos que influyeron en esa opinión.
Otros aspecto preocupante es el de los bajos salarios. Es una verdad de a puño: la inflación en Panamá está afectando el presupuesto de los hogares. Cada día aumentan los precios de los alimentos y otros productos de primera necesidad.
Los sueldos apenas alcanzan para cubrir los gastos de la quincena. El precio de las casas y apartamentos se han disparado, lo que hace difícil que las familias que empiezan lograr una solución habitacional en el área metropolitana, salvo en los extremos de la provincia de Panamá.
Ya los panameños trabajan solo para comprar alimentos y cubrir el pago de los servicios públicos, lo que hace imposible el ahorro interno y destinar dinero para actividades de entretenimiento.
Si bien es cierto que la economía del país registra uncrecimiento récord, la realidad es que esa riqueza no permea a toda la sociedad, sino que se concentra en un reducido grupo, lo que hace que Panamá Viva, Crítica en Línea una situación explosiva.
La pobreza es una de las causas del aumento de la delincuencia. De poco servirá que se aumente el pie de fuerza de la Policía Nacional, se instalen cámaras de vigilancia, se aumenten las penas de prisión y hasta se designen uniformados al frente de los estamentos de seguridad.
Mientras en Panamá no se hagan correctivos para una mejor distribución de la pobreza, el país tendrá los niveles de violencia, asaltos y homicidios que nos sorprenden cada día. De nada servirá poner un policía en cada esquina; hay que atender los problemas de pobreza que muchos panameños viven cada día.