Martes 25 de mayo de 1999

 








 

 


EDITORIAL
Irregularidades en las partidas circuitales

La fórmula legislativa de incorporar partidas presupuestarias para atender gestiones públicas de sus miembros, pretendidamente con sentido comunitario y social, ideada por los mandos perredianos desde hace más de una década, ha devenido en una realidad contraria al destino y razón de ser del quehacer de la Asamblea Legislativa, que conduce a utilizar ingentes horas laborales para cumplir trámites de adquisiciones y obras y en seguir el cumplimiento de los eventos asignados por tales fondos.

Esta consecuencia de afectación del trabajo parlamentario reduce las jornadas de formación de la ley y omite el análisis en profundidad de los proyectos, por ocuparse en requerimientos de las obras y servicios de las inversiones de las partidas circuitales, lo cual se traduce en quejas públicas contra el deficitario desempeño legislador que multiplica aceleradamente la negativa imagen y estimas populares hacia el Legislativo.

Las labores que atienden los legisladores con las asignaciones presupuestarias alcanzan un extenso mundo de quehaceres donde muchas de ellas, se apartan de las prevenciones sociales y públicas que deben satisfacer y permiten que el legislador se promueva políticamente y se catapulte con miras reeleccionistas y partidarias, auspiciando equipos deportivos con su nombre, repartiendo cestas navideñas, zapatos y otros útiles, asimismo, el financiamiento de ayudas matrimoniales y de bautismos, y en general, actos de escasa importancia colectiva o social.

Ahora, de acuerdo con informes de prensa, la Contraloría General de la República, detecta irregularidades en el manejo y asignación de tales recursos presupuestarios, donde se materializan incumplimientos groseros a la culminación de obras contratadas; aprovechamientos indecorosos e ilegítimos que encarecen las labores y servicios acordados, y la ausencia del cumplimiento de los pasos fiscales que rigen las adquisiciones y las obras públicas.

Los parlamentos son instancias políticas donde se tramita y forma la ley, y deben en su desempeño responder a requerimientos raizales; públicos; encaminados a solucionar con normas obligatorias y generales las problemáticas que insurgen en la vida colectiva, razón por la cual distraer los diputados en tareas impropias, pertenecientes al ámbito de los concejales y alcaldes, conlleva un evidente renunciamiento a la noble tarea de impulsar la vida social y colectiva con los parámetros de las leyes; aspecto que le concede el esplendor y la grandeza a tales entidades legisladoras.

Los manejos oscuros; las aprovechadas contrataciones, las tolerancias y apadrinamientos deben cesar, y un renovado régimen de manejo provincial o municipal establecerse para ejecutar y percibir las partidas de los legisladores, siguiendo las delimitaciones de la división administrativa que rige en el país; de esta manera tendrán mejores y mayores resultados, tales presupuestos.

 
 

 

 




 

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Aristides Vernaza toma posesión


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