Llegar "diezmados" por las primarias y la unión de la oposición le costó la victoria al Partido Revolucionario Democrático (PRD), concluyó Héctor Alemán, jefe de la campaña de la candidata Balbina Herrera.
Durante el foro "Las Lecciones de las Elecciones", organizado por el Instituto Latinoamericano de Estudios Avanzados (ILDEA), Alemán manifestó que "las pugnas internas generan más ronchas entre los partidarios que con los adversarios. Nosotros llegamos al proceso electoral diezmados, al punto que Ricardo Martinelli le puso algunos aderezos a las cosas que nos habíamos dicho en las primarias ".
Ahora -explicó el perredista- el colectivo reflexiona sobre lo sucedido para luego plantearse un nuevo modelo de partido.
Aléman, quien confesó sentirse frustrado al ver como la formación de nuevos líderes empieza a peligrar, aseguró que otra lección de las elecciones es que cada puesto tiene un precio y un valor, y él que no lo alcanza, no tendrá jamás la oportunidad de liderazgo interno en los partidos políticos.
En tanto, el ex canciller Jorge Eduardo Ritter, indicó que las pasadas elecciones dejaron una clara evidencia que en Panamá la adherencia a un partido está más vinculada al clientelismo político, que a razones ideológicas.
También llegó a la conclusión que los partidos políticos para seguir subsistiendo deberán redefinir sus ideales y recuperar la oferta electoral, que a su juicio son deplorables.
"No podemos orgullecernos de una democracia, cuando las propuestas electorales vienen en picada desde hace más de 20 años y creyendo que se ha tocado fondo, se continúa cayendo a un abismo de mediocridad aún más profundo".
"Se puede hablar de una fiesta democrática en una campaña carente de debates y en la que los asistentes de una paella en Punta Barco tuvieron más protagonismo que los candidatos a diputados", se cuestionó Ritter.
A su juicio, los panameños nos hemos conformados con las apariencias y las expresiones cosméticas de la democracia, toda vez que se habla de una libre postulación, la cual han dificultado a tal manera que en la práctica ha desaparecido.
Ritter también cuestionó las largas campañas electorales, las altas promesas de los candidatos que algunas veces son incumplibles y la forma en que se gasta el subsidio electoral.
Por su parte, Roberto Eisenmann, presidente de la Fundación para la Libertad Ciudadana, manifestó que las pasadas elecciones quedó demostrado que los partidos electoreros que se activan cada cinco años y se llenan de inscritos forzados durante los periodos de gobierno ya no valen lo que se pensaba.
"Esto quedo evidenciado cuando un candidato poco experimentado en política electoral, desde el sector empresarial típicamente resentido, fracasado en su primer intento, con un partido propio inventado y que viene de la periferia, derrota por una proporción nunca antes vista del 60% a los dos partidos tradicionales con grandes inscripciones".
Otras de las lecciones según Eisenmann, es que se confirma una vez más, pero en forma dramática, que nuestro pueblo es más pragmático que ideológico; que en este país la división de clases sociales, ideológicas y raciales no son estrategias electorales con posibilidades de éxito; que ya no se puede comprar al pueblo con regalos, bonos y becas; y que la organización de la campaña es vital, en donde el mensaje tiene que ser claro y consistente sin variaciones emotivas, ni espontáneas.
También se evidenció que los políticos que ignoran las encuestas no tienen futuro, ya que éstas se comprobaron independientes y certeras.
Eisenmann durante su exposición dijo que si el PRD quiere seguir siendo viable electoralmente tiene que volver a escoger candidatos sin la conexión con Manuel Antonio Noriega, porque se demostró que el pueblo sí tiene memoria.
Sin embargo, advirtió que cuando un nuevo gobierno crea una expectativa positiva exagerada, como la actual, igualmente exagerada, puede llegar a ser la desilusión sino se cumplen con eficacia las promesas a corto plazo.
Por su parte, el ex magistrado Guillermo Márquez Amado coincidió con todo los panelistas en que el clientelismo político reinó durante las pasadas elecciones, lo que demuestra la inmadurez de los panameños en ese sentido.
Destacó que la democracia panameña aún se queda en las apariencias. "Los partidos políticos tienen la necesidad de reinventarse, si continúan con esta actitud clientelista todos, nos iremos al fracaso como sociedad desde el punto de vista político democrático".
