EDITORIAL
La 29 Cita Eucarística
Frente a las tribulaciones
de nuestro tiempo, la vigésimonovena Cita Eucarística que
se inicia hoy debe ser un momento de reflexión que nos acerque más
con Dios y que nos oriente más con la espiritualidadd que a los vicios
derivados de las apocalípticas manifestaciones de esta sociedad de
consumo.
La sagrada eucaristía se impone hoy y así debe ser el
resto del tiempo porque se trata de una identificación con Dios en
la que rechazamos los pecados de la carne para sentirnos más cerca
del Omnipotente.
La Cita Eucarística nace por la propuesta que un laico hiciera
al Consejo Presbiterial, que una vez al año, los católicos
de la ciudad capital se encontraran como comunidad para la celebración
de una misa y, después de estudiar fechas posibles y su conveniencia,
se cristalizó la idea para la celebración del Cuerpo y la
Sangre de Cristo (Corpus Christi), por su significado: la comunidad cristiana
congregada para escuchar la palabra de Dios y participar del Cuerpo y la
Sangre de Cristo, constituye el "signo" de la voluntad de Dios
de reunir a todos los hombres.
Nuevamente el pueblo de Dios, según la promoción que
se hace del evento, peregrina en la Arquidiócesis de Panamá,
se congregará en el nombre del Señor para manifestar su fe
y su unidad en torno a la eucaristía, sacramento del Cuerpo y Sangre
del Señor que hace y construye la iglesia.
Este año en su vigésimanovena ocasión, se tiene
algunas variantes, una de ellas que se realizará el sábado
5 de junio a partir de las 4:00 de la tarde en el estadio Rommel Fernández.
La Cita Eucarística siempre ha tenido un tema de motivación
o lema, de acuerdo con algún acontecimiento que esté viviendo
la Iglesia Universal o local. Este año el lema "EUCARISTIA,
CAMINO AL PADRE" que se enmarca dentro del tercer año de preparación
a la celebración del gran jubileo del 2000, en el que se resalta
la figura del Padre.
La Cita Eucarística es uno de los acontecimientos trascendentales
de la Iglesia Católica y es justo evocar a Monseñor Marcos
Gregorio McGrath y Martin Legarra, quienes fueron puntales en su organización
y desarrollo, por lo que hacemos este reconocimiento a estas figuras cumbre
de la iglesia.
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