El primer ministro iraquí, Nouri al-Maliki, ordenó la liberación de 2, 500 prisioneros, en lo que ha llamado un gesto de reconciliación nacional.
Dijo que entre los que serán liberados no estarán los seguidores del presidente derrocado Saddam Hussein, ni nadie que tenga sangre iraquí en sus manos.
El vicepresidente árabe sunita de Irak, Tariq al-Hashemi, estuvo muy involucrado en decidir quien debería recuperar la libertad. Un vocero de su oficina afirmó que todos los escogidos para su liberación eran inocentes.
Se cree que cerca de 29, 000 iraquíes están bajo custodia en todo el país.