CRITICA EN LINEA 

 

S E C C I O N E S

EPASA EN LINEA

PANAMA AMERICA

DIAaDIA EN LINEA

REVISTA SIETE!


primera plana

portada

al cierre

nacional

política

opinión

el pueblo habla

relatos y reportajes

la voz del interior

sport

el mundo

viva

en la cocina

consultorio m�dico

sucesos

especiales

 

CRITICA
 
GOTAS DE VIDA NUEVA
  OPINI�N


Solemnidad del cuerpo y la sangre de Cristo
"Pronunció la bendición y lo partió" (Marcos 14, 22)

Fundación | Pro Fe

Jesús pronunció la bendición al comer la Pascua con sus discípulos. No se trataba de una simple oración. Así lo hizo en nombre de su Padre. Cantó la bendición por todos sus favores y luego partió el pan para ellos. Y eso mismo hace cada día con nosotros. Nos invita a su "cena pascual" que ahora celebramos en la Eucaristía, en la cual confesamos las bendiciones que hemos recibido de nuestro Padre, sobre todo el más grande de todos sus regalos: nos dio a su Hijo, y nos lo dio hasta la muerte. "El que no perdonó a su Hijo, antes bien lo entregó a la muerte por nosotros, �cómo no va a darnos gratuitamente junto con �l todas las cosas?" (Rom 8, 31-32).

Dice Santo Tomás de Aquino que, cuando damos un regalo a un amigo, queremos significarle que ansiamos darnos completamente a nosotros mismos; pero, como siendo humanos y pequeños no podemos regalarnos enteramente, le damos un obsequio en señal de nuestros deseos. Pero Jesús es Dios. �l no sufre de nuestras pequeñeces, �l se da realmente; no nos regala sólo la señal, sino a sí mismo. "Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos" (Jn 15, 13).

"ESTO ES MI CUERPO ENTREGADO" (LUCAS 22, 21)
Desde su encarnación, el Hijo de Dios comenzó su sacrificio a su Padre por nosotros y ese mismo Jesús que se entregó al Padre desde su encarnación hasta la muerte, se sigue ofreciendo a �l por nosotros, resucitado "a la derecha del Padre"; y se sigue ofreciendo también a nosotros para llevarnos al Padre: "Tomen y coman, esto es mi cuerpo". También durante toda su vida pública regaló toda su persona: su tiempo, sus deseos, sus afectos, sus acciones a todos los seres humanos, hasta a los más pequeños, y se me sigue dando hasta la vida eterna en la gloria.

"ESTA ES MI SANGRE DERRAMADA" (MATEO 26, 28)
Para un hebreo, la sangre era el símbolo de la vida. Derramar su sangre por nosotros es el sacrificio de Cristo: es el regalo completo de su vida. No sólo se nos ha dado hasta la muerte, sino hasta la muerte de cruz: "el amor es más fuerte que la muerte" (Cant 8, 6). Hoy continúa dándose todo, se sigue sacrificando por mí, obsequiándome cada día su cuerpo. También me dice cada día: "toma y bebe mi sangre", me quiere decir: "toma y bebe mi vida, te la entrego toda entera para que sea tu vida". "El que come mi carne y bebe mi sangre vive en mí y yo en él" (Jn 6, 56).

PETICION:
"Oh Dios, que en este sacramento admirable nos dejaste el memorial de tu pasión, te pedimos nos concedas venerar de tal modo los sagrados misterios de tu Cuerpo y de tu Sangre, que experimentemos constantemente el fruto de tu redención". (Oración colecta para la Solemnidad del Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo).



OTROS TITULARES

Mejía y las candidatas

Solemnidad del cuerpo y la sangre de Cristo

El gobierno que se va

Comentarios

Los Mismos de Siempre

�En verdad se ama?

Locutores

 


 

  





linea
linea gris
 

   copyright © 1995-2008, CRITICA EN LINEA
todos los derechos reservados