Los radicales libres son conocidos por dañar las células de nuestro cuerpo, aumentar los riesgos de padecer diversas enfermedades, entre ellas el cáncer. Sin embargo, un estudio recientemente publicado ha demostrado que esta prevención no debe ocurrir en todo momento y a ultranza, pues podemos sufrir efectos perjudiciales asociados a ella.
Las vitaminas C y E son las que se conocen comúnmente como limitadores del accionar de los radicales libres gracias a su potencial antioxidante. Sin embargo, los investigadores han demostrado que por más que sean buenas contra los radicales libres, pueden repercutir negativamente sobre nuestro organismo.
Tras el ejercicio, los investigadores recomiendan no ingerirlas, pues el accionar de los radicales libres puede ser positivo para nuestro cuerpo, al incrementar la respuesta del organismo ante la insulina, algo que puede ser muy perjudicial en caso de aparición de diabetes.