EDITORIAL
La rebatiña de los "cupos" vehiculares
Las decisiones administrativas
que conceden autorización para operar actividades públicas
de transporte colectivo y selectivo, denominadas "cupos", se han
convertido en un mecanismo de aprovechamientos personales, de manejos inescrupulosos,
de favoritismos partidarios, compadrazgos y amiguismos, donde personeros
alejados de las labores transportistas, resultan beneficiados de ellas,
al arrendar tales vehículos de transporte público.
Las denuncias históricas de los manejos cuasi-hamponiles que rodean
las afiliaciones, autorizaciones y logros en las concesiones transportistas
han llenado páginas de prensa, y múltiples investigaciones
sustanciadas por las autoridades administrativas terminaron en archivos,
sin sanciones, ni rectificación alguna.
Los transportistas organizados lograron incorporar a la vigente legislación
del transporte público elementos mercantiles y civiles en los "cupos",
que ahora resultan idóneos para respaldar préstamos monetarios
y otros negocios; con capacidad para ser transferidos por endoso o herencia,
de manera que quienes los obtienen poseen bienes de creciente valor.
Las denuncias que hace el Ombusdman sobre múltiples irregularidades
y aprovechamientos con los "cupos" vehiculares en Veraguas, unidas
a las demandas que ventila un tribunal chiricano sobre manejos suspicaces
en esta materia, y las referencias anecdóticas que en bajo tono se
relatan de tráficos ilegítimos de influencia y cohecho que
alcanzaron calificación de escándalos en pasadas gestiones,
sirven de soporte al reclamo popular que considera las actividades del transporte
público sumidas en acomodos dolosos de dirigencias y funcionarios
corruptos que derivan aprovechamientos indebidos, de miles de balboas por
unidad.
El otorgamiento de estas concesiones vehiculares para soportar reclamos
partidarios y alcanzar respaldos de clientelas políticas, debe investigarse
hasta las últimas consecuencias, y sancionar a quienes resulten comprometidos
en ellas, sin que se pueda hacer distingos de afiliación, apellido
o posición social.
Este descaro desorbitado en materia transportista es patético
cuando la dirigencia gremial de trabajadores panameños en las bases
militares norteamericanas, ante la inminencia del cierre de esas instalaciones,
reclaman a los funcionarios el otorgamiento de centenares de "cupos"
que garanticen ingresos a sus afiliados, y ofertan amenazas y protestas
y reclamos callejeros, de no accederse a tal petitorio.
La rebatiña de los "cupos" vehiculares debe cesar; las
autoridades responsables deben con firmeza revisar indebidas concesiones,
y asímismo exigir el rendimiento de las labores autorizadas a quienes
son beneficiarios de los títulos: Persistir en los desgreños
de hoy, significa alargar los vicios y defectos que envuelven las actividades
de transporte público panameño, convertido en un martirologio
para el pueblo humilde.
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AYER GRAFICO |
El periodista Donald Quintero, en el cenit de su fama, entrevistó
a personalidades. |
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