C on sumo desagrado vemos la actitud del gobierno del hermano país de Costa Rica, de preparar el camino a una guerra comercial, desleal e injusta contra Panamá. El bloqueo a las exportaciones de pollo panameño, dizque por un brote de salmonella aislado, es evidencia que los ticos sienten preocupación por el futuro desarrollo económico del istmo, ahora cuando nos adentramos en las negociaciones de acuerdos de libre comercio con las grandes potencias mundiales, a saber Estados Unidos y Europa.No puedo entender también la actitud de la ministra del ramo agropecuario, Lineth Stanziola, de aceptar discutir el tema de la supuesta infectación de pollos, con un mero director de salud tico, algo que demuestra la intransigencia del gobierno de San José, cuando debió venir el mismo ministro de comercio y economía de Costa Rica a negociar directamente con la alta funcionaria panameña.
Y es que acusar a una empresa seria y responsable como lo es el consorcio agropecuario MELO, de distribuir productos afectados por determinada enfermedad, es un insulto no sólo para esta compañía, sino también a todas las entidades privadas que comercializan con el mercado centroamericano. Todo el mundo sabe que la envidia reina en ciertos círculos ticos, en especial en las áreas agrícolas, la ganadería, en el turismo y la industria tecnológica, por el avance que tiene Panamá para prepararse a la competencia que acarrea la globalización.
Por otro lado, los medios ticos ya comenzaron a bombardear negativamente a la población costarricense para evitar el consumo de pollo panameño, por el asunto de la salmonella.
Creemos que es hora de implementar medidas severas contra esta mala actitud de los ticos. Si es que se atreve el gobierno saliente y la futura administración de Martín Torrijos, ha llegado el momento de aplicar mayores controles en la frontera en contra de los camioneros centroamericanos, en especial ticos, contra los productos de los vecinos países del istmo, así como apretar las leyes migratorias en todos los ámbitos.
Recordemos que desprestigiando la imagen internacional de Panamá, allí se comienza a afectar a nuestra economía.
Desde hace diez años, varias empresas transnacionales cuyas industrias generaron cientos de empleos a panameños, han comenzado a mudarse hacia Costa Rica y a Guatemala, todo por el asunto laboral o porque allá hay mejores ofertas de operación. Pero hay quienes consideran que esa propaganda de la inseguridad jurídica y económica que tiene Panamá, promovida desde el exterior, han socavado nuestro desarrollo. Hay que ponerse duro frente a los ticos, para hacernos respetar.