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La poderosa empresa de comunicación estadounidense WordCom se hunde dejando pérdidas multimillonarias a los más importantes bancos del mundo.
Esto ocurre cuando la trasnacional del mismo país, dedicada a la producción de energía, la Enron, también se fue a la quiebra financiera, con el mismo dominador común, la misma empresa contable, logró el maquillaje numérico para engañar a los accionistas, al país y al gobierno.
Esto ocurre cuando estas super empresas invierten grandes sumas de dinero en los países del tercer mundo, como los latinoamericanos, para crear el ambiente que el Estado es mal administrador y que sólo la solución está en manos del sector privado.
Si bien no se niega el papel empresarial, también se está demostrando que si no existieran los gobiernos, los pobres no verían el avance.
Por las experiencias panameñas, donde se han dado quiebras de importantes empresas locales, si las leyes no protegen a los trabajadores, los directivos de ellas, quedarían con los bolsillos llenos de dinero, a costa de desdicha de sus obreros.
Quienes en nombre de los movimientos libertarios, que reciben en nuestras nacionales donaciones de estas grandes industrias, en especial las estadounidenses, fijando la atención nada más hacia la corrupción gubernamental, se está demostrando cada día que si por el lado oficial llueve por el empresarial no deja de escampar. Lo que ocurre en WordCom y Enron son avisos y mensajes para la América Latina: �Ojo! Con la inversión extranjera y sobre todo ceder nuestra riqueza productiva. |
