Castro reconoce que apoyo durante 30
años la guerrilla en América Latina
La Habana
AFP
Después de negar durante
décadas la acusación de exportador de revoluciones, el presidente
de Cuba, Fidel Castro, reivindicó el jueves su papel de promotor
de subversión durante la década de los sesenta en toda América
Latina -menos en México-, incluso con la oposición de la antigua
Unión Soviética.
Sin embargo, el "líder máximo" acompañó
esta confesión con un adiós a las armas como medio de expandir
la revolución socialista.
"En el único lugar donde no intentamos promover la revolución"
fue en México, "en el resto, sin excepción, lo intentamos",
dijo Castro a los presentes en Economía 98, una seminario convocado
por la Asociación de Economistas de América Latina y el Caribe,
que concluye este viernes su tercera y última jornada.
El líder cubano justificó el caso de México debido
a que fue el único país de la región que no se sumó
a la estrategia de Estados Unidos de aislar económica y políticamente
a Cuba.
Castro reseñó "todo el esfuerzo" que hizo su
país. "Pero, quiero que sepan ustedes, con la oposición
de los soviéticos. Acusaban a la URSS de estar promoviendo la subversión
en América Latina y lo que se podía decir es que en la URSS
estaban totalmente opuestos a esa actividad", aseguró.
Recordó también las campañas militares cubanas en
Africa durante las décadas de los setenta y los ochenta. "Fueron
asunto nuestro, totalmente", dijo.
Durante esas décadas, Cuba envío decenas de miles de soldados
a Angola y Etiopía, fundamentalmente, incluso llegó a tener
35.000 efectivos en Angola, recordó Castro. "Los soviéticos
se enteraron cuando estaban allá los soldados, y bien preocupados
que estaban", añadió.
El presidente cubano dijo que en la América Latina de los sesenta
existían "las condiciones objetivas, muchas veces superiores
a las de Cuba, para hacer una revolución".
Pero, a su juicio, fallaron las "condiciones subjetivas", básicamente
por una "división trágica entre China y la URSS, que
sencillamente dividió las fuerzas de izquierda".
Rechazó a los críticos de Ernesto "Che" Guevara,
que "no saben lo que están diciendo", pues "el Che
tuvo posibilidades de éxito, incluso hasta unos cuantos días
antes de su muerte".
En cuanto al papel de los partidos comunistas de América Latina
en aquella época, Castro dijo que "algunos llegaron a cooperar,
otros se opusieron siempre; el otro grupo era teórico, muy radical,
pero muy teórico".
"Nosotros hicimos un esfuerzo que hubiera podido tener éxito,
si no fallan los factores subjetivos, y el destino del mundo en este momento
sería diferente", dijo. Castro concluyó que América
Latina no se "revolucionó" y el capitalismo se impuso como
sistema al socialismo.
Sin embargo, el presidente cubano desalentó en la actualidad cualquier
intento de buscar un modelo alternativo de desarollo, en medio de un mundo
dominado por la globalización neoliberal.
"Un cambio en el mundo en estas condiciones sólo se puede
concebir como un cambio global", afirmó, y argumentó
que "ningún país puede desarrollar una alternativa a
la globalización", pues "en este mundo, en este momento,
no hay modelo alternativo".
No obstante, Castro dijo que espera cambios trascendentales, que no serán
por medio de las armas, sino provocados por las crisis económica,
y apuntó que para el futuro no concibe "otro modelo que una
globalización socialista".
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