Claro que la comunidad panameña reclama mayor seguridad, pero tampoco quiere volver a los viejos tiempos de la dictadura castrense. Si bien es cierto que hay una democracia con bases sólidas, la sociedad no puede dormirse.
Bajo el paraguas de la seguridad nacional se cometen muchas locuras y los castrenses son expertos en ver casi todas las cosas bajo ese prisma. Sin duda que el narcotráfico es una amenaza para Panamá y el resto del mundo, pero no es cierto que militarizando las cabezas de las diversas instituciones, el problema se resuelve.
Durante la permanencia del Comando Sur en las riberas canaleras operaba un centro antidrogas en la base de Howard, sin embargo, durante ese lapso el narcotráfico colombiano utilizó a Panamá como su centro de transbordo de cocaína y hasta los principales jefes de los Carteles de Medellín y Cali realizaban cumbres en nuestro país.
No hay que engañarse a un interés de colocar a militares al frente de diversas instituciones. Controlan el Ministerio de Gobierno, la Policía Nacional, el SPI, Migración, están a punto a asumir el mando en la DIJ, hay castrenses en las filas del Consejo de Seguridad y en otras entidades. Además se busca crear un Sistema Nacional de Inteligencia, que nos hace temer que se pretenda revivir el aparato del G-2.
Todas las amenazas que hoy se argumentan: narcotráfico, tráfico de armas e ilegales y terrorismo, existían y tenían casi el mismo nivel que cuando los que hoy promueven los proyectos de seguridad, estaban en el poder del aparato militar.
Para colmo, el Ejecutivo decide reformar varias leyes sobre la materia a través de decretos-leyes, lo que sin duda limita el debate y los controles necesarios para ese tipo de organismos, con el fin de evitar que se utilicen luego con otros propósitos.
Todo panameño decente está consciente de la necesidad de reforzar la lucha antidrogas y contra la delincuencia en general, pero eso se hace con equipo y funcionarios comprometidos, pero que no nos pretendan tomar de tontos tratando de colar camarones con la jerga de la seguridad nacional.