Panamá experimenta cambios vertiginosos que tal vez no puedan ser percibidos en el ámbito doméstico, pero no por ello dejan de ser relevantes y constituyen la culminación de etapas y ciclos históricos, como lo han sido en su momento la reversión del Canal, la eliminación del militarismo, los retos de la justicia, la democratización y la acción ciudadana.
Entre estos avances se moviliza sin tanta resonancia la utilización de la tarjeta de débito que comienza a reemplazar a los cheques y al papel moneda, en una época donde imperan las normas de seguridad. Esta iniciativa se hace ahora extensiva al pago de los salarios de los empleados públicos a través de transferencia electrónica de fondos.
La acción llevada a cabo por el Ministerio de Economía y Finanzas ha recibido el apoyo de más de 70 mil servidores del Estado y continuará creciendo a medida que se vayan contactando beneficiarios a través de las diferentes ferias y mecanismos destinados para este propósito en todo el país.
Una red de 23 bancos con sus respectivas sucursales (estatales y privadas) en todo el país cuentan con la infraestructura necesaria para efectuar las transferencias electrónicas de los fondos entre cuentas de clientes, inclusive desde la noche anterior al día calendario de pago con exactitud, comodidad, seguridad y rapidez.
Las personas reciben una tarjeta clave y una libreta de ahorros, lo que les permite garantizar sus fondos salariales sin ningún tipo de problemas, como garantía de que podrá utilizar sus recursos aunque haya perdido la ficha de plástico o el número clave de identificación. Además, la mayoría de las entidades bancarias permiten los pagos electrónicos al sector privado y a los funcionarios.
Para el Estado panameño esto significa el ahorro de 5 millones de balboas al mes ya que se eliminan los costos de impresión y procesamiento de cheques, menos personal en las tramitaciones, así como la reducción de los errores y las excusas de que no se hicieron o tramitaron los emolumentos.
Son muchísimas las historias de cheques perdidos, por descuido o sustracción sin que los beneficiarios se percataran, además de quienes por razones políticas o por simple antipatía escondían los documentos que sustentaban la confección de este documento de pago.
La afiliación al depósito directo es voluntaria y los esfuerzos del Ministerio de Economía y Finanzas apuntan a realizar los trámites a través de Internet, teléfono o el llamado Infovoz. Esto indica que el país se muestra receptivo a los cambios que se realizan en una era donde el manejo electrónico de nuestras actividades lograrán la consolidación de una vida más productiva.
Ahora, los panameños podremos desplazarnos por todas partes y nuestro dinero estará más seguro frente a la amenaza de los delincuentes; igualmente, se podrán hacer los pagos con mayor comodidad ya que la modernidad se ha convertido en algo tangible.
