Si cree que lavarse la cara en la mañana es sinónimo de enjuagarse los ojos, usted está en un gran apuro. Este lavado de cara debe hacerse de una forma integral, utilizando un limpiador facial (no jabón). La exfoliación de la piel durante dos o tres mañanas en la semana, lo ayudarán a quitarse las células muertas de la piel, (esa materia áspera que se aloja por toda su cara, apenas se levanta) y lo prevendrán de arrugas y poros bloqueados. Hágase masajes utilizando el limpiador facial de forma suave y en un movimiento circular, y no de la manera en que le quitaría la grasa a una sartén de freír.