�Sabe usted cuál es el perfil de un violador? La respuesta es sencilla, no existe tal perfil, un depredador sexual puede ser cualquier persona, su vecino, su amigo, su hijo, su profesor, quien usted menos se lo imagine, no hay rasgo o característica física que lo distinga.
Según el psiquiatra Alejandro Pérez, del Instituto de Medicina Legal, lo más importante al definir el perfil de un individuo que atenta contra el pudor y la libertad sexual, es que no hay perfil. "No podemos ponernos a buscar que el individuo tenga estas u otras características y enseguida lo encajamos como violador".
El pensar que una persona porque es de tal o cual color, rasgos físicos, status social o nacionalidad, implica que sea a su vez un violador, es absurdo y hasta peligroso, porque puede prestarse para discriminaciones y actos de injusticia.
Desde el punto de vista clínico, no hay una edad definida para ser víctima de un acto de violación, pero según las estadísticas hay dos picos de edades, las niñas entre ocho y hasta 12 años, y las adolescentes entre 16 y 17 años.
Generalmente, en el caso de menores de 12 años, el agresor suele ser una persona conocida por las propias víctimas, llámese su propio padre, el abuelo, tíos, primos, hermanos, vecinos, maestros, etc. El abusador suele tener una etiqueta de autoridad para sus víctimas y contrario a la creencia popular, en muchos casos no suele haber violencia para lograr el fin, sino que se utiliza el convencimiento como arma de seducción.
El pederasta suele, por lo general, hacer ver al menor que la relación es un juego o una muestra de confianza, algo natural o normal, o irse al otro extremo utilizando la amenaza, si dices algo le voy a hacer tal o cual cosa a tu papá, mamá u otro ser querido, y por lo general, bajo tal coacción, la víctima guarda silencio.
El Doctor Alejandro Pérez nos explica que en la mayoría de los casos que ha atendido en abusos de menores de 12 años, no suele haber penetración, sino toques, sexo oral, manipulación genital. La regla, por lo general, en estos casos, es que la o el menor no hablen, porque creen en esa figura de autoridad, piensan que es una locura acusar a su maestro, abuelito, vecino, etc.
En países como el nuestro, muchos hombres mayores de edad, suelen ver la relación con una adolescente como algo natural, normal, pero hay que tener en cuenta lo que el aspecto legal dictamina, cualquier relación sexual con un o una menor de 14 años, con o sin su consentimiento, es una violación.
Cuando hay penetración se considera estupro; cuando no existe penetración, se considera un acto libidinoso según los artículos del 216 al 219 del Código Penal.
Cuando de adolescentes de entre 13 y 17 años se habla, el violador suele por lo general ser el noviecito, y en estos casos en su mayoría, sí suele existir la penetración y el mutuo acuerdo, simplemente que es un delito muy bien tipificado por las leyes.
Hay individuos que suelen ser desde el punto de vista social, los más correctos, reconocidos, acuden a sus iglesias, son aquellas personas que nadie creería nada malo de ellas, pero desde el punto de vista sexual, les gustan los niños y niñas.
LAS REGLAS DE LA CONDUCTA SEXUAL LEGAL Y NORMAL
En los registros se han dado casos de esposos que han sido acusados por sus propias esposas de violación, porque aunque hay un vínculo legal que los une, si una de las dos partes no consiente el mantener la relación sexual, ya existe el delito de violación.
�SOLO LOS HOMBRES PUEDEN SER VIOLADORES?
La respuesta es no, aunque en menor proporción que los hombres, se han dado casos de mujeres que han sido acusadas y condenadas por violación, en especial cuando son adultas que se involucran sexualmente con jovencitos menores de edad.
En Panamá se han dado casos de violaciones a tan tempranas edades como el de una niña de cinco años de edad que sufrió un desgarre vaginal al ser abusada sexualmente, hasta casos máximos como el que se dio hace algunos años en que una mujer de 81 años fue violada por un indigente en el sector conocido como Los Abanicos en San Miguelito.
Existen varios métodos científicos para comprobar si en realidad se ha dado un caso de violación; los forenses se encargan de buscar rastros en las áreas genitales y para genitales que comprueben el abuso, como pueden ser los desgarres, si se muestran actos de violencia etc, también existen los análisis psicológicos que se le hacen tanto a víctimas como victimarios.
DELITO QUE VA EN AUMENTO
Según las estadísticas, el delito con mayor frecuencia en este país es la violencia doméstica, pero en segundo lugar se ubican los delitos sexuales que han desplazado de este sitio al que hasta hace unos años lo ocupaba, los delitos relacionados con droga, que ahora ocupan el tercer lugar.
UNA REALIDAD PREOCUPANTE
En el Instituto de Medicina Legal, hay una estadística cuyo aumento sostenido parece estar preocupando a las autoridades, cada vez más los varoncitos se están convirtiendo en víctimas preferidas de los depredadores sexuales, ya no sólo abusan de las niñitas, sino que también se aprovechan de los niñitos.
Para el Doctor Alejandro Pérez, esto demuestra que la sociedad se está resquebrajando, que la moral está en el piso, ahora no sólo se utiliza a las niñas, sino también a los niños para satisfacer los deseos sexuales.
El artículo 216 del Código Penal establece que en Panamá es más grave violar a una persona con un problema mental, que a una persona mentalmente sana, la pena es más grave cuando estos hechos se dan.
En conclusión debemos borrar de nuestro vocabulario frases como ese o aquel tiene cara de sátiro, la cara de violador no existe, esto forma parte de los prejuicios que guardamos muy dentro de nosotros. Hay que tener claro que igual puede abusar sexualmente de otro alguien que Viva, Crítica en Línea en Curundú, como alguien que vive en Paitilla.
