Poco conocida en nuestro país y altamente efectiva, la cirugía micrográfica de Mohs brinda un tratamiento efectivo contra el cáncer de piel.
No todos los tratamientos de cáncer de piel son iguales. Las opciones varían, desde los comunes preferidos por los médicos, tales como el curetaje y la desecación, el congelado, la radiación y las extirpaciones de rutina hasta la cirugía de Mohs.
�QUE ES?
Bautizada con ese nombre debido a su creador, el Dr. Frederic Mohs, la principal diferencia entre la cirugía micrográfica y otros métodos quirúrgicos es el control microscópico, explica el Dr. Ricardo Bullen, especialista en Dermatología, Cirugía Dermatológica, Cirugía de Cáncer de Piel y Cirugía de Mohs.
En la cirugía de Mohs cada sección removida quirúrgicamente es identificada, y se hace un mapa y los bordes son codificados con diferentes colores, de manera que su localización exacta puede detectarse en el área del tumor.
Cada porción de tejido removido es examinado en el microscopio para detectar células cancerosas. La cirugía no se detiene hasta que la última célula cancerígena visible microscópicamente sea eliminada.
Debido a este exhaustivo proceso, el cirujano dermatólogo tiene mayor certeza de que todo el tumor ha sido extirpado, según menciona el Dr. Bullen.
Lo primordial en la cirugía es tratar de preservar la mayor cantidad de piel normal, por eso es muy utilizada para áreas delicadas del rostro y hasta los genitales, agregó el especialista.
BENEFICIOS
El Dr. Bullen menciona las principales ventajas de optar por este procedimiento quirúrgico:
�ndice de cura de 95%.
Se produce el mínimo defecto quirúrgico necesario para remover tejido canceroso. Los resultados cosméticos son superiores.
El cirujano de Mohs está entrenado en reconstrucción.
La mayoría de los tumores pueden ser erradicados en una sola visita, debido a la utilización del microscopio.
Si bien es cierto que la cirugía de Mohs es un procedimiento que requiere mucha precisión, tiene la ventaja de que le abarata costos de anestesia local y salón de operaciones.
El número de recurrencias es más bajo que cuando se utilizan otros métodos, requiriéndose menos intervenciones.
EL CANCER DE PIEL
Es un crecimiento incontrolable de células cutáneas que se puede diseminar desde la piel a otros tejidos u órganos si se deja sin examinar. Sus principales causas son el sol y factores hereditarios.
Existen varios tipos de cáncer y entre los más comunes:
Carcinoma basocelular: se desarrolla a partir del crecimiento anormal de las células en la capa inferior de la epidermis y es el tipo más común de cáncer de piel. Es el menos agresivo, pero destruye el tejido si no se trata a tiempo. Puede destruir nariz, párpados, etc.
Carcinoma escamoso: involucra cambios en las células escamosas que se encuentran en la capa media de la epidermis. Segunda en agresividad y es menos frecuente que el anterior.
Melanoma: se presenta en los melanocitos (células que producen pigmento) y es menos común que los dos anteriores, pero más peligroso. De hecho, es la causa más importante de muerte por enfermedades de la piel. Es el más agresivo de todos, pero es muy rara su aparición.
El cáncer de piel es más común en países en donde sus pobladores son de piel blanca. Estados Unidos registra un alto índice de este mal y es por ello que la técnica de Mohs nace allí y se ha popularizado en Australia, España, entre otros. Sin embargo, en Panamá, Ricardo Bullen es el único especialista en esta cirugía.
PREVENCION
Bloqueador solar: Debe ser moderado con la exposición solar. Aplíquese bloqueador solar por lo menos 15 minutos antes de estar expuesto. Reaplicar después de nadar o sudar en exceso.
Ropa protectora: Sombreros de ala ancha, camisas manga larga, paraguas. Evite las horas picos de mayor intensidad de radiaciones ultravioleta que son entre las 10: 00 a.m. y las 3: 00 p.m. Evite los salones de bronceado.
Autoexamen de piel: Forme el hábito de revisarse una vez al mes con la ayuda de un espejo para las áreas difíciles. Si nota algún cambio, acudir al médico.
Evaluación dermatológica: Es prudente la evaluación de un dermatólogo cada 6 a 12 meses.
