El Congreso de Estados Unidos ratificó el Tratado de Libre Comercio con Centroamérica y República Dominicana (CAFTA-RD), abriendo un mercado valorado en 30 mil millones de dólares.
La Cámara de Representantes ratificó el instrumento en una estrecha votación 217-215, cuatro semanas después de pasar por el Senado.
Costa Rica, Nicaragua, Honduras, El Salvador, Guatemala y República Dominicana abren en la práctica un nuevo mercado de 44 millones de consumidores para las corporaciones estadounidenses.
De hecho los productos centroamericanos ingresaban al mercado estadounidense con una reducción de aranceles de hasta el 80% debido a la Iniciativa de la Cuenca del Caribe, beneficios que expiraban el año próximo, pero el CAFTA los convierte en permanente y amplía esos beneficios.
La ratificación en cuestión nos hace volver la mirada hacia las negociaciones que adelanta bilateralmente Panamá con Estados Unidos, para firmar un Tratado de Libre Comercio y que están paralizadas desde hace varios meses.
Sin duda que habrá que esperar hasta septiembre cuando asuma el cargo el nuevo embajador designado por Estados Unidos, para que el tema se retome.
De todas formas, ya los vecinos de la región nos llevan la ventaja, a pesar que Panamá ha sido un socio histórico de Washington por la relación del Canal de Panamá y la presencia del Comando Sur.
Si bien es cierto que el CAFTA no es una solución mágica a los problemas de la región, los especialistas consideran que podría favorecer la inversión privada.