Cuarta secuela basada en la exitosa comedia familiar "Cupido motorizado", realizada por Disney en 1968, que también dio lugar a una serie de TV en los años 80 y un telefilm en los 90.
Para este regreso (25 años después del último episodio para pantalla grande) recupera al personaje central, un automóvil "escarabajo" de Volkswagen llamado Herbie, dotado de voz y voluntad, y lo pone en manos de una adolescente encarnada por la popular Lindsay Lohan, quien lo utilizará para correr en el circuito NASCAR en respuesta al desafío de un "villano" interpretado por Matt Dillon.
El argumento es absoluta y deliberadamente previsible y absurdo, y forma parte de un dudoso esfuerzo de la Disney por reaprovechar sus exitosas comedias blancas del pasado, atrayendo por igual a los pequeños -público natural de estos productos- y a sus padres y abuelos nostálgicos.
