TEMAS DE ACTUALIDAD
Bonito favor
Brittmarie Janson Pérez
Bonito favor le hacen los
del PRD que comparan favorablemente a Ernesto Pérez Balladares con
el general Omar Torrijos. No sé qué pensará la familia
Torrijos al respecto, pero yo, enemiga política del general, protesto.
Mucho se ha escrito a favor y en contra de las actuaciones políticas
del general. Hoy quiero que pensemos en su personalidad. ¿Cómo
era el general Torrijos personalmente?
No voy a referirme a sus defectos sino a sus cualidades positivas. He
dicho antes y hoy lo repito que, en honor a la verdad, hasta su enemigo
político más ciego tiene que admitir que Omar Torrijos Herrera
era un hombre generoso, humilde en su trato, y misericordioso. Es verdad
que la posición en que se encontraba muchas veces lo obligó
a desvirtuar sus inclinaciones naturales de una manera muy lamentable. Pero
en su trato diario, Torrijos prefería ser fiel a los dictados de
su corazón.
El contraste entre Torrijos Herrera y Pérez Balladares no puede
ser mayor. Torrijos hizo lo que hizo a título personal. El segundo
se aprovechó económica y políticamente del primero.
Pérez Balladares no sube ni económicamente ni políticamente
por cuenta propia. Lo hace sobre las espaldas de Torrijos. De su propia
cuenta, Pérez Balladares sería otro gordito ensacado, arrogante
y creído, como otros pulgarcitos que hay en Panamá.
Muy lejos está Pérez Balladares de sentir la simpatía
y afecto natural que Torrijos demostraba hacia el pueblo. Al respecto, hace
algunas semanas, el 22 de junio, los diarios publicaron unas fotos de Pérez
Balladares en visita al Seguro Social. Es estas fotos, Pérez Balladares
conversaba con algunas personas que en una antesala del Seguro esperaban
su turno. Lo curioso de las fotos es que el mandatario tiene las manos metidas
en los bolsillos del pantalón.
Esas fotos me llamaron la atención, porque jamás he visto
una foto de Pérez Balladares con visitantes internacionales o en
reuniones de alto nivel con las manos en los bolsillos. En mi opinión
ese gesto representa lo que Pérez Balladares siente hacia el pueblo.
No confía en el pueblo porque piensa que es una chusma indigna. Además,
es arrogante y abusivo en su trato hasta con la gente que más lo
ayuda en su loca ambición. Es temido, hasta por sus más allegados,
porque es tan vengativo.
Torrijos no era así. Lo digo por experiencia personal. Un día
tuve que presentarme ante el general Torrijos porque Noriega había
detenido a mi hermano Patricio. No había razón legal para
ese arresto pero, como esa época se parece a la de ahora en que no
se respeta la ley, para sacar a Patricio de la cárcel antes que empezara
el mes de vacaciones del Organo Judicial, tuve que moverme.
Me presenté en la casa de Torrijos donde me recibió y hablamos
de igual a igual, con toda franqueza. Torrijos entendió la injusticia
que se cometía con Patricio y ordenó que inmediatamente se
pusiera en libertad a mi hermano. A cambio de la libertad de un hermano
arrestado por Noriega arbitrariamente y siguiendo sus propios propósitos
aviesos, Torrijos nada me exigió. No me sentí rebajada por
la experiencia.
Pregunto a todos los que han tenido que ir a pedirle algo al presidente
Pérez Balladares antes de que se declarara candidato nuevamente a
la presidencia, ¿no salieron de la entrevista sintiéndose
rebajados? Según los informes que tengo, la respuesta es sí.
El problema que tiene una sociedad cuyas instituciones no funcionan,
un país donde no hay justicia para todos y no hay democracia para
todos, es que se fomenta el personalismo. La gente está tan indefensa
que tiene que recurrir a pedir favores personales a los que están
en el poder para que se le haga justicia.
Eso pasa ahora, otra vez. Pero la diferencia entre Pérez Balladares
y Omar Torrijos Herera es enorme. En Torrijos la gente tenía un mandatario
humano, que se identificaba con la clase popular. Nadie puede decir eso
de Pérez Balladares. El que cree que cinco años más
en el poder van a cambiar la estructura de injusticia que existe en este
país, y que cinco años más en el poder van a cambiar
la actitud arrogante y vengativa de Pérez Balladares, está
muy equivocado.
|